Nueva plaga en soja.
Nueva plaga en soja; Se trata de la mosca del tallo (Melanagromyzasojae). Pertenece a la familia Agromyzidae, del Orden de los dípteros. Es originaria de Asia y se encuentra distribuida en Australia, Rusia y España. En los últimos años fue detectada en Brasil y Paraguay.
Recientemente, entomólogos de INTA Rafaela registraron por primera vez su presencia en soja en el centro de Santa Fe.
El periodo crítico para la aparición de las moscas es en las primeras cuatro semanas después de la germinación de la soja, resultando en muerte de plantas y fallas en el stand inicial. En ataques tempranos puede provocar pérdidas de hasta el 35%.
Cabe remarcar que, el crecimiento de esta mosca se ve favorecido por condiciones de alta temperatura y luminosidad.
La “mosca del tallo de la soja” puede reducir el diámetro del tallo, la altura de la planta y la distancia de los entrenudos. También es posible observar un engrosamiento en la base del tallo, que resulta en “enanismo” o deficiencia en suministro de nutrientes. En la fase reproductiva de la soja, podría observarse una reducción en el número de vainas. De manera indirecta, el orificio de oviposiciónpermite el ingreso de enfermedades a la planta.Las pérdidas son mayores en cultivos que se encuentran bajo stress hídrico o en suelos de menor aptitud.
Cuál es su manejo?
No se dispone de información local sobre el manejo de esta especie y, debido a la aparente ausencia de síntomas externos en plantas afectadas, no se recomienda ninguna práctica de control químico sobre los lotes de soja. En manejo integrado de plagas la ‘no acción’ es la mejor acción ante el desconocimiento.
Su monitoreo
Para determinar la presencia y distribución de esta nueva plaga en soja, se recomienda realizar monitoreos, con muestreos al azar de plantas y haciendo un corte longitudinal del tallo y ramas. Esto con el fin de evaluar la presencia de galerías. Ante cualquier duda es recomendable enviar muestras al Laboratorio de Entomología de la EEA Rafaela INTA y/o Agencia de Extensión Rural más próxima.
Fuente: INTA Rafaela | Aapresid
IMAGEN; Roberto Peralta.
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Trip, el dolor de cabeza para la soja 17/18
La cosecha gruesa 2017/18 quedará marcada en la historia como una de las que sufrió una de las sequías más fuerte de la historia. Y este fenómeno climático implicó otra novedad; los “trips” fueron la plaga con más incidencia en los campos sembrados con soja.
Así lo señaló el ingeniero agrónomo Roberto Peralta, socio de Halcón Monitoreos, durante el 14° Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Malezas y Enfermedades que tuvo lugar en Córdoba.
Peralta recordó que estos insectos afectan la capacidad de fotosíntesis de la planta y pueden restar hasta 10 quintales por hectárea de rendimiento.
“Le quitan funcionalidad: la planta fotosintetiza a media máquina y eso, al final, impacta en la producción del grano”, explicó.
Más allá que la falta de agua favorece su desarrollo, se volvieron a repetir en el último ciclo fallas de monitoreo y control que potenciaron los “trips”.
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“¿Por qué con un año seco hubo más trips que arañuelas? Porque si bien faltó agua, lo que no faltó fue humedad ambiente”.
Desde su punto de vista, hace 15 años que productores y asesores vienen repitiendo los mismos errores. “No hacemos lo que debemos hacer. Es una cuestión socio-cultural: no nos podemos quejar si cometemos siempre los mismos errores”, enfatizó.
Sobre ese punto, insistió en que “donde más se falla es en el monitoreo”. “Detectamos el insecto tarde y hacemos tratamientos ‘de venganza’, cuando la plaga ya hizo el daño y eliminarla no tiene efecto”, manifestó.
En el caso de los trips, recomendó que el momento óptimo para el control es cuando las sojas están en R3 y empiezan a definir rindes: si se observan ninfas en la base y los primeros adultos en los estratos superiores, hay que aplicar.
Sobre los monitoreos, repitió la recomendación que, junto a Igarzábal, subrayan todos los años: como mínimo, hay que recorrer los lotes una vez cada siete días.
Fuente: Agrovoz
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Un nuevo enemigo para la soja; la Arañuela Roja
El Sistema de Alerta de Plagas para la región pampeana, coordinado por el Ing. Agr. Nicolás Iannone -INTA Pergamino-, transmitió una alerta sobre el impacto de la arañuela roja en cultivos de soja. La región más efectada es la Zona Núcleo Agrícola, particularmente en Buenos Aires (Centro-Norte y Oeste), así como en áreas puntuales de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Para peor, los riesgos de expansión hacia muchas zonas están dados.
Se advierte a los productores de esas zonas que “si continúan las condiciones extremadamente favorables para la rápida eclosión reproductiva de focos existentes de Arañuela Roja. Podría generalizarse la necesidad de control para evitar ingentes pérdidas en soja“.
Ante la situación, las recomendaciones son:
-Observar plantas principalmente en los folíolos del tercio medio.
-Aplicar un tratamiento insecticida ante la aparición de las primeras colonias de arañuelas en el tercio medio y/o al inicio de la aparición de tela.
–Controlar siempre antes de que aparezca el “amarronado” en folíolos del tercio medio, o bien, con los primeros síntomas de amarronado en el tercio inferior.
-Si hay presencia de muchos huevos de arañuelas (perlados e individuales, normalmente abundantes) conviene esperar unos días para aplicar. Des esta manera el tratamiento estará más cerca del nacimiento de las arañuelas.
–Usar un buen producto tensioactivo, con antievaporante ¡Siempre!, o con agregado de Aceite (tanto en aéreo como en terrestre)
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Fuente: Revista Chacra.
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Los Trips atacan la soja y más en épocas de sequía
La sequía no sólo perjudica al cultivo de soja al no poder contar con la suficiente agua para desarrollar sus vainas y granos: también sufre por los ataques más frecuentes de insectos que se potencian ante estos escenarios de escasez hídrica y altas temperaturas.
Según las Bolsas de Cereales de Córdoba y Buenos Aires, la oleaginosa sembrada este año está sufriendo con más incidencia que en años anteriores, la presencia de arañuelas y trips.
Para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), el caso de los trips puede ser particularmente perjudicial: reducen la tasa de fotosíntesis de las hojas hasta en un 50 por ciento, lo que repercute en el llenado del grano, con grandes pérdidas en los rendimientos del cultivo.
Características
Evangelina Perotti, investigadora del Inta Oliveros (Santa Fe), de acuerdo con la especialista, las condiciones ambientales extremas provocan que las plantas concentren su contenido celular en las hojas, lo que facilita su consumo por parte de los insectos.
Los trips generan un daño indirecto sobre el cultivo: rompen las células superficiales y succionan los jugos vegetales de las hojas de la soja.
“Este daño incrementa la pérdida de agua de las plantas y, en condiciones de sequía, anticipa la senescencia del cultivo”.
Menos rindes
La plaga reduce el tamaño de los foliolos, genera una caída anticipada de las hojas y disminuye la tasa de fotosíntesis hasta en un 50 %, lo que repercute en el llenado del grano y, en consecuencia, en los rendimientos del cultivo.
“Es una plaga que pasa desapercibida por su tamaño pequeño, pero provoca importantes disminuciones de rendimiento”
“La plaga comienza desde estadios tempranos y avanza, colonizando todos los nudos de la planta y, para cuando esté en el estrato superior, será muy difícil manejarla”.
Recomendaciones
Para tomar decisiones de manejo, la técnica recomendó evaluar plantas en floración en forma, invertirla -con las raíces hacia arriba- y observar detenidamente el reverso de las hojas en el estrato inferior y la presencia de individuos en el superior.
“Si se observan larvas o adultos en el estrato superior y coloraciones plateadas en la parte inferior de la planta es el momento para controlarlo”, explicó.
A la fecha, los que se destacan como los de mayor eficacia de control son las aplicaciones con productos de la familia de los inhibidores de la síntesis de la quitina (IGR, por sus siglas en inglés).
Fuente: AgroVoz
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Chinche de los cuernos y cultivos; qué medidas tomar?
En los últimos años la población de la chinche de los cuernos (Dichelops furcatus) estuvo difundida en toda la región pampeana presentándose como especie casi pura en los agroecosistemas sojeros principalmente de siembra de primera.
La chinche de los cuernos afecta no sólo al cultivo de soja sino también a otros cultivos como en el caso del maíz (en sus primeros estados de desarrollo). El mismo tiene una alta susceptibilidad desde V1 a V3.
La falta de seguimiento semanal en maíz, como contrariamente sí se realiza en soja, no permite la detección de la plaga a tiempo. Sólo suelen detectarse los daños de esta chinche con bastante posterioridad, generalmente en V5 a V6 cuando la plaga ya no está presente en los lotes.
Así mismo, se ha detectado por primera vez el impacto de chinche de los cuernos en lotes de girasol en sus primeros estados. Esto a obligando, en casos puntuales, a la resiembra. También es destacable la detección de esta especie plaga impactando de manera generalizada en cultivos de trigo.
Control de Chinche de los cuernos en soja
Para lograr eficiencia de control debemos tener muy en cuenta que la chinche de los cuernos también tiene un comportamiento diferencial frente a los insecticidas respecto de las demás chinches del complejo. Debido a su mayor tolerancia a los mismos, demanda incrementar las dosis de aplicación.
Debemos tener muy presente que para chinche de los cuernos es necesario aumentar entre un 30 y 50% las dosis usadas normalmente para el control de las otras especies de chinches de la soja.
En cuanto a especies de chinches y estados reproductivos de la soja, nunca se debiera generalizar. Ya que las distintas especies de chinches se caracterizan por tener un muy diferente impacto sobre la producción, y porque los distintos estados de la soja presentan diferente susceptibilidad ante un ataque de chinches según sea el estado reproductivo en el que se produce el ataque.
Por último, debemos tener en cuenta que la chinche de la alfalfa produce el doble de daño que la chinche verde por unidad o individuo, y a su vez al menos 8 veces más que la chinche de los cuernos.
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Evapotranspiración; consejos para evitar pérdidas!
Cuando el agua es escasa, debemos maximizar su eficiencia para poder convertir en granos de soja los recursos disponibles.
El agua transpirada por un cultivo implantado, en este caso la soja, tiene potencial de transformarse en grano cosechable, mientras que el agua que se pierde por evaporación o por consumo a partir de la presencia de malezas en un lote, sólo se desperdicia.
La posibilidad de que el cultivo maximice la eficiencia de uso del recurso depende, entre otras cosas, de su correcto balance energético, donde la potencia de su sistema radicular juega un papel fundamental. Esto permite a las plantas enfrentar condiciones de estrés de mejor forma, tanto sea éste hídrico, térmico o biótico.
Para que todo lo antes dicho pueda transformarse en realidad, es necesario llegar a los Índices de Area Foliar (IAF) ideales lo antes posible, de manera tal de que la relación entre transpiración y evaporación del agua del suelo sea lo más favorable posible a la primera de las opciones. Llegar al IAF ideal para un cultivo de soja depende -entre varios ítems-, del correcto balance nutricional del mismo. Aquí el tema no se agota en el suficiente abastecimiento de Fósforo y Azufre, sino que elementos como el Zinc y el Manganeso también juegan un papel fundamental en el óptimo aprovechamiento del Nitrógeno y en el balance energético general del cultivo.
Lograr un IAF más rápido, favorece un uso más eficiente del recurso hídrico disponible y contribuye -mediante el sombreado- a un mejor control de malezas. Además, se ingresa a un círculo virtuoso que permite utilizar los recursos disponibles en forma más eficiente, fundamental en un año como el actual, donde situaciones de estrés térmico, hídrico y los excesos de radiaciones UV pueden conspirar contra los rendimientos potenciales a ser alcanzados por los cultivos.
Fuente: Infocampo (Facundo Mesquida).
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¿La eliminación de las retenciones promovió la rotación de cultivos?
La eliminación de retenciones a la exportación de cereales a fines de 2015 incrementó la producción de trigo, maíz y girasol en detrimento de la de soja, un cambio “estructuralmente positivo porque favorece la sostenibilidad ambiental” mediante la rotación de cultivos, informó hoy la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En el caso de maíz, el ingreso de camiones alcanzó las 17 millones de toneladas lo cual representó el 33 por ciento de los ingresos de mercadería al Gran Rosario, un valor considerado “histórico” por la entidad.
“En soja se verifica una baja”, sigue el estudio, ya que ingresaron “en 2017 unos 968 mil camiones, cuando en 2016 habrían entrado cerca de 1.185.000 vehículos” a los puertos de la zona.
Según el informe, la baja de camiones con poroto de soja obedece a un aspecto estructural.
“Desde la eliminación de los derechos de exportación y restricciones a las exportaciones en diciembre 2015 –fundamenta- se observa un incremento a nivel nacional en el área sembrada con trigo, maíz y girasol y una leve caída en soja”.
Esos cambios provocaron que el área sembrada con trigo aumentara casi 1 millón de hectáreas, la de maíz aproximadamente 1,2 millones y la de girasol cerca de 300 mil.
Para la Bolsa de Rosario, “este aspecto es estructuralmente positivo porque favorece la sostenibilidad ambiental de la agricultura extensiva de nuestro país al permitir una mayor rotación de los campos con cereales, una menor utilización relativa de las oleaginosas y un mejor control de las malezas y enfermedades”.
Fuente: Telam.
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Malezas: las gramíneas amenazan a la soja y al maíz.
Estas malezas puede producir pérdidas de hasta 100 dólares por hectárea. Estiman que generan dificultades en unas 40 millones de hectáreas.
Las gramíneas compiten por luz, agua y nutrientes con la soja y el maíz. Tienen una ventaja importante: su alta eficiencia en la utilización de recursos, lo cual favorece la ocupación de espacio y determina una mayor tasa de crecimiento que las especies cultivadas.
El aumento de este tipo de malezas en soja y maíz se debe al traslado de polen por viento para aumentar o asegurar la fecundación, a su rápida adaptabilidad al ambiente y a la gran producción de semillas.
Se estima que en la Argentina hay aproximadamente 40 millones de hectáreas afectadas y las pérdidas que produce la presencia de estas malezas pueden alcanzar los 100 dólares por hectárea, dependiendo de la zona y el tipo de resistencia.
Las zonas de mayor incidencia son los lotes de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. En este momento, las especies que más dificultades están provocando son el sorgo de Alepo, clorídeas, echinocloa, eleusine indica, chloris, digitaria, pappophorum y leptochloa.
“Para una prevención correcta es necesario que el productor conozca la historia de sus lotes y los monitoreé continuamente. Sumado a esto, es fundamental saber el manejo del flujo de la maleza por si se ve en la obligación de aplicar herbicidas de presiembra”, advierte Juan Carlos Ponsa, especialista e investigador de malezas del INTA Pergamino.
En el caso de las malezas resistentes, el experto sostiene que es mejor prevenir para lograr que el cultivo nazca limpio.
En el caso de los lotes maiceros, una posibilidad son las aplicaciones con postemergentes. En los últimos años, la superficie de herbicidas selectivos en el cultivo de maíz se desarrolló por encima del crecimiento de la superficie debido a la problemática actual de malezas.
Fuente: Clarín Rural.
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¿Cuándo aplicar fungicidas en soja?
Hay que tener cuidado con las enfermedades de fin de ciclo, pueden disminuir un 25% los rindes.
Dentro de las adversidades que afectan a la soja se encuentran las enfermedades y dentro de este grupo, las denominadas “enfermedades de fin de ciclo”. Su potencial de daño varía entre un 10 y un 25% en el rendimiento por lo que debemos prestarle mucha atención.
Una de las medidas más importantes para disminuir el impacto de las enfermedades de fin de ciclo es sembrar en lotes con otro antecesor que no sea soja. Para la zona núcleo sojera serían maíz o sorgo. De esta manera se disminuye el inóculo inicial y el potencial de daño de las enfermedades es menor.
Otra es el seguimiento de la evolución de las enfermedades en el cultivo. Se deben revisar los lotes con monitoreos periódicos para detectar enfermedades en el mismo en tiempo y forma. Los síntomas son visibles en todas las etapas del cultivo.
Toma de decisión para aplicación de fungicidas.
En el caso de fungicidas debe aplicarse cuando la enfermedad se encuentra en niveles muy bajos. Estos niveles son los umbrales de acción.
La presencia de síntomas de la enfermedad en la planta indican que la variedad es susceptible, que hay inóculo en el lote, que hubo condiciones para que la enfermedad pudiera desarrollarse en la planta, esto sería temperatura y precipitaciones suficientes. Si la enfermedad llegó al umbral de acción las condiciones presentes están cumplidas.
Estado fenológico: Cultivos entre R3 y R5, inicio de formación de vainas hasta formación de granos son los momentos de mayor respuesta a la aplicación de fungicidas.
Condición del cultivo: A mayor potencial de rendimiento mayor es la respuesta al uso de fungicidas si las otras variables se mantienen iguales.
Hay que tener en cuenta los datos futuros.
Nivel de precipitaciones durante el llenado de grano: La seguridad de tener precipitaciones importantes durante el llenado de granos permitirá un buen llenado de grano y progreso de la enfermedad por lo tanto muy buena respuesta al uso de fungicidas. En zonas con probabilidades de lluvias más erráticas hay que tener en cuenta los pronósticos extendidos.
Fuente: Chacra.
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Hay que apostar a la fertilización de soja.
De las tecnologías de insumos, la inoculación y la fertilización en soja son las que generan mayor variación en el rendimiento. Dentro de esta última práctica, “el aporte de fósforo genera un aumento de rendimiento del 8% al 10% en ambientes con deficiencias de este nutriente.
Cuando hablamos de lotes con niveles de insuficiencia, nos referimos a una disponibilidad de fósforo de 12 partes por millón o menos y, de aplicar la dosis ajustadas de fertilizante, los incrementos de rendimientos pueden representar entre 200 a 250 kilos más de soja.
En cuanto a la decisión del momento de aplicación del fósforo, es aconsejable dividir la aplicaciones del nutriente entre la siembra y la presiembra.
Por otra parte, las dosis de fósforo que aplican los productores son bajas para lograr los máximos niveles de eficiencia de absorción. Por tal motivo, es recomendable ajustar la dosis de acuerdo a las condiciones particulares al momento de la siembra y anticipar el resto del fertilizante.
Así mismo, el análisis de suelo es la herramienta básica y fundamental para determinar los niveles de fertilidad de cada lote y diagnosticar la necesidad de fertilización. Es importante conocer las características climáticas de la zona, del suelo y su manejo y del manejo del cultivo para definir el plan de fertilización.
La clave es pensar en un manejo integral de la nutrición.
El nitrógeno y el fósforo son elementos interdependientes. Para la máxima absorción del fósforo hay que inocular bien, para que los nódulos fijen eficazmente el nitrógeno atmosférico, y para la buena nodulación es decisiva la disponibilidad de fósforo.
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