MONITOREO; la clave en la toma de decisiones.
El monitoreo en términos generales determina de la aparición de una plaga, maleza o enfermedad y el seguimiento de su ciclo. Observando su densidad poblacional, su crecimiento y desarrollo podremos determinar lo que se conoce como “umbral de daño“. Dicho valor, es de gran importancia ya que a partir de allí, se justificará o no la aplicación de productos fitosanitarios.
No obstante, también debemos considerar otros factores como por ejemplo;
- el tamaño del insecto y/o maleza,
- el momento de su ciclo de vida,
- incidencia y severidad de una enfermedad,
- la presencia de otros organismos llamados benéficos que se alimentan de los dañinos y los mantienen en un una densidad poblacional reducida.
- etc.
Así mismo, la pregunta que nos hacemos como productores es;
¿Cuánto pueden afectar el rinde las plagas y enfermedades?
La respuesta depende de aspectos relacionados a la plaga y/o enfermedad, el cultivo y el ambiente. El manejo de plagas apunta a mantener las mismas en un nivel que no afecte el rinde dada la condición del cultivo y el ambiente. La decisión de controlar la plaga se disparará cuando la combinación de estos elementos permita anticipar que el daño potencial es mayor al costo de control por parte del productor.
El primer aspecto crítico para un manejo eficiente y efectivo de plagas es la correcta cuantificación del tipo, nivel y distribución de plaga/s presentes. Para ello es necesario realizar un muestreo representativo del lote o unidad de manejo. Ese muestreo, junto a información sobre el manejo del lote, será también clave para determinar la condición del cultivo. Estos elementos, más la información que se pudiera disponer sobre el ambiente serán la base para una decisión de control.
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El monitoreo de las plagas debe comenzar sobre el lote, una vez que el cultivo está implantado y debe continuar hasta la madurez de cosecha. Para un correcto monitoreo, es clave la frecuencia y distribución espacial del muestreo. Del mismo modo, es importante considerar durante las diversas etapas del muestreo el stand de plantas y homogeneidad del lote. Esto nos permitirá determinar si los síntomas observados corresponden a agentes bióticos o factores abióticos.
¿Cada cuánto monitorear?
El monitoreo debe realizarse con una frecuencia de, al menos, 7 días. En casos de niveles próximos al umbral, o previsiones de que la condición ambiental pueda favorecer un alto crecimiento poblacional, se sugiere una mayor frecuencia (cada 3-4 días). Al momento en que decidimos realizar un control químico, se sugiere volver al lote 2-3 días después para verificar la efectividad de la aplicación.
¿Cuántas muestras realizar y dónde?
Para asegurar un muestro representativo, se propone establecer estaciones de muestreo fijas (en lo posible, georeferenciadas), a las que se volverá cada semana. De manera orientativa, puede sugerirse realizar una estación de muestreo cada 10-15 has de dentro de la unidad de manejo (con un mínimo de 4-5 has para lotes menores a 40-50 hectáreas). Las estaciones deben estar uniformemente distribuidas en el espacio. Si se distinguen ambientes dentro del lote, el muestreo, registro y decisión podría estar orientado a los mismos (ej. 2-3 muestras en un ambiente y 2-3 en otro). En casos de plagas como trips y arañuelas, el muestreo puede estar orientado a zonas predisponentes para estas plagas para detectar tempranamente su presencia.
Por último, de acuerdo a lo que resulta del monitoreo se decidirá;
- si se aplica algún producto fitosanitario o no,
- qué tipo de producto es el más adecuado,
- en qué dosis se debe aplicar y
- cuál es el mejor momento para su control.
La idea es lograr un cultivo limpio, sano, rentable bajo una mirada más integral y amigable con el medio ambiente. Siguiendo las bases de un Manejo Integrado de plagas que integra las Buenas Prácticas Agropecuarias.
De esta manera construiremos la base de un agricultura sustentable, sostenible y planificada, generando un registro de trazabilidad de la misma.
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Ing. Agronomo Juan de Dios Plaza – Asesor Técnico de Ventas – Alltec S.A
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Alltec ingresa como socio de Santa Rosa Semillas (por RIA Consultores)
Una de las compañías líderes en la Argentina en el segmento de los coadyuvantes ingresa como socia de Santa Rosa Semilla, uno de los principales desarrolladores de nuevos cultivares de soja en el país.
“Vimos una oportunidad de llevarles algo más a nuestros clientes, abriendo el portfolio de productos basados en coadyuvantes y biofertilizantes a la genética de soja, en una relación que potencia a ambas empresas, ya que la incorporación de semilla de soja nos permite llegar a nuevos clientes“, explicó el ingeniero agrónomo Alexis Buffoni, gerente comercial de AlltecBio.
La relación entre ambas compañías en el mercado argentino había arrancado en 2016 cuando Santa Rosa, un semillero constituido por cooperativas agrícolas, acordó que AlltecBio vendiera su genética a través de su red de técnicos y distribuidores, es decir a lo que denominan “terceros no socios”, dado que las ventas de Santa Rosa se concentran entre los mismos socios de las cooperativas.
“En la campaña 2016/17 probamos el sistema con muy buenos resultados y para la 2018/19 salimos ya agresivamente al mercado”, cuenta Buffoni. “El resultado fue que duplicamos la venta de semilla original en el segmento de ‘terceros no socios’; para la próxima campaña 2019/20 el objetivo es directamente duplicar toda la venta de toda la semilla original, tanto para los socios como para los no socios”, agrega el directivo.
AlltecBio posee su planta de formulación y administración en Puerto Tirol (sur del Chaco). Una red de 25 técnicos asesores y comerciales, y centros logísticos en Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. Su producto estrella es el A35TBio, un coadyuvante desarrollado por la misma empresa. AlltecBio cuenta con un portfolio de 7 coadyuvantes y de 10 biofertilizantes.
Pero el ingreso de AlltecBio a Santa Rosa Semillas está impulsando cambios. “Operamos en todo el país, desde el sur de Buenos Aires hasta el NOA, con lo cual ya estamos sintiendo la demanda por variedades de grupo II largo para el sur del país o de grupos largos con tecnología Intacta para el Tucumán y Salta. Esta cooperación traerá beneficios para ambas partes”, sostiene Buffoni.
AlltecBio fue creada exactamente hace 30 años por Santiago Wirsch para proveer de coadyuvantes a los productores. En 2000, y tras su viaje a Brasil, Wirsch creó Inquima, una empresa que hoy lidera este segmento de mercado en la mayor economía del Mercosur, de cuyo Grupo es parte AlltecBio.
Pero la relación con Santa Rosa se inició originalmente en Brasil, donde junto con el Grupo Inquima crearon Intellicrops, un joint venture para el desarrollo de cultivares de soja en ese mercado, que originalmente arrancó con la genética de Santa Rosa pero que hoy tiene su propio programa de desarrollo.
“Hoy ya estamos operando en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, y estamos abriendo los mercados de Chile, Ecuador y Colombia. El objetivo ahora es entrar con la genética de Santa Rosa Semillas a los mercados de Bolivia y de Colombia, donde las oportunidades son grandísimas, afirma Buffoni.
Fuente: RIA Consultores
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SAOCOM 1A; el satélite argentino que ayudará al agro.
El Satélite Argentino de Observación con Microondas “SAOCOM 1A“, el más complejo construido hasta el momento en el país, fue lanzado este domingo por la noche. Después de 12 minutos a bordo del cohete de Space X, el Satélite Argentino se posicionó correctamente en órbita terreste a 600 kilómetros de altura.
El el nuevo satélite de observación SAOCOM 1A de la CONAE pesa tres toneladas y cuenta con una antena radar de 10 metros de largo. Fue desarrollado y fabricado por la CONAE junto con más de 70 empresas y organismos públicos y privados nacionales.
El satélite producirá principalmente imágenes para el agro y gestión de emergencias hídricas y vigilancia en el mar argentino.
Observará con microondas la humedad del suelo, detectará riesgos fitopatológicos y de inundaciones. A demás, aportará importante información desde el espacio, particularmente para tomar decisiones oportunas a los fines de la producción agropecuaria.
Los objetivos del Satélite Argentino de Observación con Microondas, serán identificar zonas en riesgo de inundación y emitir alertas tempranas. Así también, como detectar suelos muy secos con riesgo de incendios. Y generará mapas de humedad del suelo con frecuencia diaria, según explicaron.
Lo más importante para el agro es que el satélite SAOCOM 1A, producirá:
- mapas de riesgo de enfermedades de cultivos,
- evaluará escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización,
- buscará conocer la cantidad de agua disponible en nieve húmeda para riego y
- obtendrá mapas de desplazamiento de glaciares, del terreno y mapas de pendientes y alturas,
- entre otras aplicaciones.
El satélite tendrá en promedio una vida útil de cinco años y pasará dos veces por día por la Argentina para realizar sus monitoreos. El año que viene se lanzará el SAOCOM 1B.
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Zonas de amortiguamiento: recomendaciones para aplicación de fitosanitarios.
Gracias al trabajo entre ministerio de Ambiente, Secretaría de Gobierno de Agroindustria, y la participación de otros actores, se produjo un documento ejemplar. Este propone principios y recomendaciones para ordenar las políticas públicas nacionales sobre; la aplicaciones de fitosanitarios en zonas de amortiguamiento / periurbanas.
Uno de los puntos más importantes del trabajo es que no se recomienda establecer una zona de exclusión, sino una zona de amortiguamiento. La diferencia es que en la primera no se permite la aplicación de ningún agroquímico en esa zona establecida. En la segunda se establece una superficie próxima a determinadas áreas sensibles, que al momento de aplicar un producto fitosanitario requieren de un tratamiento especial.
Pero, lo que no se establece en este documento es de qué manera trabajar dentro de la zona de amortiguamiento. Para esto, la Secretaría de Gobierno de Agroindustria, en conjunto con CASAFE y con otras instituciones públicas y privadas, vienen organizando las jornadas de demostración de aplicaciones. En estas jornadas se realizan aplicaciones bajo las BPA. Los resultados después de 32 demostraciones y 4 años recorridos, muestran que la deriva del producto de una aplicación terrestre fué en promedio de 11 metros, mientras que la aérea es de 49 metros.
En función de estos resultados y de la variedad de condiciones ambientales, se establecieron una serie de recomendaciones de cómo trabajar en las zonas de amortiguamiento.
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Recomendaciones para trabajar en las zonas de amortiguamiento
• Los Asesores deben estar presentes en el momento de la aplicación. Este debe ser un profesional de las ciencias agropecuarias con su matrícula y registros al día, para poder aplicar en esa zona.
• Respetar las condiciones ambientales adecuadas al momento de la aplicación, y asegurarse que la dirección del viento sea contraria a la zona sensible.
• Contar con la Certificación de empresas de pulverización como, por ejemplo, mediante la Norma IRAM 14130. Esta es una excelente oportunidad para demostrar que mediante la certificación damos un mensaje de que podemos ser sustentables.
• Que los aplicadores que trabajen en esta zona cuenten con el registro al día, curso y examen aprobado. Así msimo, la necesidad del registro y matriculación de las Pulverizadoras (una patente). Y que éstas estén visibles a distancia, para que cualquier persona pueda distinguir una máquina autorizada a trabajar en esta zona de otra que no lo está.
• Señalética a campo, sobre todo para escuelas. La cual debe colocarse inmediatamente después de la aplicación. La misma indicará horario de dictado de clases en la escuela, fecha de la aplicación, producto aplicado, el tiempo que debe transcurrir desde la aplicación hasta el reingreso al lote, y demás datos para evitar inconvenientes.
• Disponer de centrales meteorológicas que permitan la visualización on line. Cualquier persona debe tener acceso a visualizar si la aplicación se está realizando en condiciones ambientales adecuadas o no.
• Caja Negra en la pulverizadora; un dispositivo que registre la aplicación en tiempo y espacio.
Las BPA son el único camino hacia la sustentabilidad
Claramente, éste es el momento de las Buenas Prácticas Agrícolas. Éstas dejaron de ser una utopía y pasaron a ser una realidad. La realidad con la que debemos trabajar para poder lograr una agricultura sustentable. Una agricultura donde se maximice la productividad y, a su vez, no se afecte el ambiente ni a la salud de las personas.
Fuente: Casafe.
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Rabia del garbanzo: consejos para controlarla
La rabia del garbanzo es una enfermedad policíclica, es decir varios ciclos durante el cultivo, que se propaga por semillas. Si no se cuenta con el análisis de Ascochyta, los cultivos deben ser monitoreados permanentemente.
Sin bien la presencia del inóculo está asegurada, las condiciones ambientales pueden influir en el avance o no de la enfermedad. El productor debe estar alerta para poder anticiparse.
La infección primaria se produce con temperaturas entre los 10°C y los 20ºC y agua libre sobre la planta durante seis a ocho horas, que puede ser en forma de lluvia, rocío o riego. Los primeros síntomas aparecen entre los cuatro y siete días, primero en las hojas. Alcanza con una mancha en un folíolo para que la enfermedad se exprese apenas se den las condiciones ambientales adecuadas. En este contexto, se deben monitorear los cultivos cada tres días.
A su vez, los síntomas en tallos indican mayor severidad, ya que ese tallo se perderá y también buena parte del rendimiento. Cuando la rabia del garbanzo está avanzada, las lesiones presentan puntuaciones negras. De estas se producen las infecciones secundarias que se repetirán tantas veces como las condiciones lo permitan.
Consejos para el manejo de la rabia del garbanzo
El ingeniero agrónomo Luis Gaspar, titular de Agroquímicos Gaspar, advirtió que el garbanzo es un cultivo hortícola, por lo que requiere la atención adecuada en forma permanente e intensiva. “Esta es una enfermedad que puede destruir el cultivo en una semana”, remarcó el especialista.
La rabia requiere extrema atención. No se cura, se previene. El inóculo ya está en los lotes.
Lugar donde se manifiesta. Esta enfermedad afecta a hojas, tallos, flores y cascabullos y una vez dentro de la planta, no se erradica. Por eso hay que evitar el ingreso o la germinación del hongo.
Siempre hay que estar atentos al pronóstico del tiempo. Si está nublado y cae rocío, hay que aplicar Cobrestable preventivamente. Cuando aparecen los primeros síntomas en la planta, ya es tarde. Según Gaspar, el uso de Cobrestable para el manejo de enfermedades, como la rabia, permite que el cultivo no genere resistencia.
En cultivos de bajo riego se propician las condiciones para la enfermedad. Si es necesario regar, hay que planificar la aplicación de Cobrestable 24 horas antes o después.
Realizar tantas aplicaciones como sean necesarias. El pronóstico y las condiciones climáticas son las que mandan. Con condiciones persistentes, cada tres a cinco días puede producirse un ciclo, por lo tanto se deberá aplicar a ese ritmo.
Cuidado con la resistencia. En enfermedades policíclicas como rabia, mildiu o tizones, no es recomendable el uso de fungicidas específicos (estrobirulinas, bencimidazoles, entre otros). Son menos eficaces y con alto riesgo de generar resistencia. Lo ideal es combinarlos siempre con un fungicida multisitio.
Fuente: Agrovoz
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Malezas resistentes; cómo resistir a ellas y no perder en el intento?
En la última década, la aparición de malezas resistentes tolerantes a herbicidas nos obliga a replantear qué sembrar y a volver a la labranza, la rotación y los cultivos de cobertura.
Entre las múltiples causas que los investigadores y analistas describen para explicar el fenómeno creciente de las malezas resistentes, hay una que aparece con frecuencia. La simplificación de los sistemas productivos. Esto significó el cambio de la labranza del suelo por la siembra directa. Modificando radicalmente la agricultura (más eficiente y económica). Pero trajo aparejado un efecto colateral: en muchos casos, el cuidado de los lotes se redujo a solamente a la aplicación de productos químicos.
Cómo llegamos a este presente?
Hay una cifra que explica claramente ese paradigma. Entre 1990 y 2008, más de 450.000 hectáreas de pastizales pampeanos semiáridos fueron reemplazados por cultivos, en su mayoría estivales. Pero, durante mucho tiempo sin la conciencia de la necesidad de las buenas prácticas agrícolas.
De un tiempo a esta parte, la realidad de los terrenos y las plantaciones obliga a hacer el proceso a la inversa. Una serie de estrategias que habían dejado de realizarse, reaparecen como un medicamento necesario para aliviar la expansión de los males del suelo. Entre ellas se destacan la rotación de cultivos, la cobertura y el regreso a la labranza tradicional en lugar de la difundida siembra directa.
Lo cierto es que, cuando en los campos predomina el monocultivo, los suelos padecen varias consecuencias que terminan por afectar su rendimiento. Al quedar desnudos en el período que hay entre una cosecha y la siguiente siembra, se incrementan los riesgos de voladuras y erosión.
Los lotes pierden capacidad de filtrar y aprovechar el agua disponible. El agua empieza a colmar la napa, a ascender a la superficie y a escurrirse. En esa acción, se lleva consigo los pocos rastrojos que pueden existir, sedimentos muy ricos en materia orgánica, nitrógeno, fósforo y otros nutrientes esenciales para la producción agrícola.
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Cuáles son las recomendaciones para el manejo de malezas resistentes?
Una de las recomendaciones de los especialistas es alternar la especie sembrada en cada temporada. Ya que cada planta tiene requerimientos nutricionales diferentes y el suelo tiene más tiempo para recuperar aquello que ha perdido.
Pero también se vuelve necesario incorporar verdeos antes de levantar la cosecha. Estos funcionan como un escudo para el terreno ante el impacto de la lluvia o del viento. Aportan raíces y rastrojos. Le dan un uso fructífero al agua que cae de las precipitaciones o la que está disponible en el perfil.
Entre estos y muchos otros beneficios que tienen los llamados cultivos de cobertura, también cumplen un rol importante en el control de malezas. Estos compiten por los mismos factores que son escasos como el agua, la luz y los nutrientes.
Además, al generar hoja y materia verde, impiden que la luz ingrese hasta la profundidad del suelo. Así se evita que las semillas de las malezas resistentes se desarrollen. Por ejemplo, el centeno es un excelente cultivo de cobertura para el control de malezas resistentes de otoño, de invierno y de primavera. Presenta excelentes resultados con yuyo colorado y rama negra. Dentro del centeno hay diferentes variedades con distintos comportamientos. Algunas tienen mejor eficacia que otras porque producen más materia seca, más biomasa.
Otra de las grandes tendencias en el afán de combatir las malezas resistentes es el regreso a la labranza. Una forma de preparar el terreno para la siembra que había quedado en el olvido ante las conveniencias de la siembra directa. Desde 1996, con la aparición de la soja resistente prácticamente no había más labranza. Pero ahora, como sucedió en Estados Unidos, tendremos que volver a hacerla donde se pueda. Por supuesto que no vamos a poder incorporarla al sudoeste, donde los suelos son muy arenosos. Pero en los lugares donde no haya riesgos de voladuras y el suelo lo permita, tener la labranza va a ayudar a eliminar el bancos de semillas.
Pero, más allá de las diferentes prácticas que los especialistas aconsejan a los productores, la aparición de cada vez más malezas resistentes pone de relieve la importancia del monitoreo.
Hay que estar encima de los lotes haciendo monitoreo. Ahora, antes, durante y después de la cosecha tenemos que estar sobre el terreno viendo qué especies hay y cuáles pueden generar algún inconveniente en nuestros lotes.
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Qué preguntarnos al realizar un monitoreo
¿Qué es el monitoreo?
Es un diagnóstico. Es la labor destinada a estimar la abundancia y distribución de las plagas, malezas y enfermedades en la agricultura. Gracias a este procedimiento podremos tomar medidas de prevención, erradicación o control pertinentes teniendo en cuenta la situación particular de cada lote.
¿Por qué monitorear?
Porque debemos tomar las decisiones con fundamento en información (datos) tanto en cantidad como en calidad, al igual que lo hacemos para tomar todo tipo de otras decisiones.
¿Qué debemos lograr al monitorear?
Detectar la presencia y/o abundancia de malezas/plagas/enfermedades: reunir información que permita la toma de decisiones, proveer de datos para construir la “historia” del lote, y diseñar acciones de corto, mediano y largo plazo. Un correcto monitoreo brindará las bases para llevar a cabo una agricultura de precisión y un manejo específico de insumos acorde a nuestro lote.
¿Cómo debo recorrer un lote?
Idealmente debe realizarse en W, o adaptando el recorrido a la forma del lote.
¿Cuántas veces me detengo?, ¿qué tamaño debe tener la muestra?
Número de muestras: 1 cada 10 Has (mínimo 6, máximo 10).
Tamaño de muestra: observación de 10 m2 (1.8 m de radio )
¿Para qué registrar la información observada?
Para poder tener una visión global del lote al finalizar un monitoreo, para poder realizar el seguimiento y evaluar la evolución del mismo. Debemos centrarnos en ver la película (la historia del lote, su evolución) y no solamente una foto de un recorrido.
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¿Qué registrar?
- Especies presentes
- Abundancia (o cobertura verde) total e individual por maleza
- Tamaño (estadio fenológico)
- Estado (referido a condiciones pos aplicación)
- Humedad edáfica
- Distribución.
¿Cuáles son los límites y posibilidades de las herramientas disponibles?
Las herramientas disponibles son muy variadas, hoy en día muy orientadas a la dimensión tecnológica, tales como las aplicaciones (App) de monitoreo de cultivos. Estas, en general, son pagas y contribuyen a registrar de forma más ágil como también de disponer de esta información en todo momento y desde cualquier lugar. Nos permiten no depender de tener nuestra “libreta de campo” a mano. Algunos ejemplos de estas son; SIMA, Lares 2.0 o Garage agro.
Hay otras que también nos dan herramientas para el monitoreo como Sacha de Milar SRL, la cual es gratuita y mide cobertura verde total. A su vez, permite enviar alertas de malezas resistentes a la Rem de AAPRESID, y realizar consultas a especialistas para el reconocimiento de malezas desde lote.
¿El determinismo tecnológico no es bueno?
Es de suma importancia recordar que la herramienta más potente e importante con la que contamos es uno mismo y el criterio agronómico que desarrollemos. Debemos aprovechar y utilizar las herramientas disponibles, pero no hay que esclavizarse a ellas.
A la hora de pensar una estrategia de manejo de malezas es necesario volver a las preguntas adecuadas: ¿de qué cultivo vengo?, ¿a qué cultivo voy?, ¿cómo son mis lotes?, ¿cuál es su historia?, ¿en qué momento del año estoy?, ¿qué malezas tengo en el lote? y muchas más.
Por último, en cuanto a la planificación, es necesario el uso alternado de todas las herramientas disponibles. Y siempre recordar, que a las malezas, plagas y enfermedades las manejamos entre todos.
Fuente: AAPPCE
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Trip, el dolor de cabeza para la soja 17/18
La cosecha gruesa 2017/18 quedará marcada en la historia como una de las que sufrió una de las sequías más fuerte de la historia. Y este fenómeno climático implicó otra novedad; los “trips” fueron la plaga con más incidencia en los campos sembrados con soja.
Así lo señaló el ingeniero agrónomo Roberto Peralta, socio de Halcón Monitoreos, durante el 14° Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Malezas y Enfermedades que tuvo lugar en Córdoba.
Peralta recordó que estos insectos afectan la capacidad de fotosíntesis de la planta y pueden restar hasta 10 quintales por hectárea de rendimiento.
“Le quitan funcionalidad: la planta fotosintetiza a media máquina y eso, al final, impacta en la producción del grano”, explicó.
Más allá que la falta de agua favorece su desarrollo, se volvieron a repetir en el último ciclo fallas de monitoreo y control que potenciaron los “trips”.
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“¿Por qué con un año seco hubo más trips que arañuelas? Porque si bien faltó agua, lo que no faltó fue humedad ambiente”.
Desde su punto de vista, hace 15 años que productores y asesores vienen repitiendo los mismos errores. “No hacemos lo que debemos hacer. Es una cuestión socio-cultural: no nos podemos quejar si cometemos siempre los mismos errores”, enfatizó.
Sobre ese punto, insistió en que “donde más se falla es en el monitoreo”. “Detectamos el insecto tarde y hacemos tratamientos ‘de venganza’, cuando la plaga ya hizo el daño y eliminarla no tiene efecto”, manifestó.
En el caso de los trips, recomendó que el momento óptimo para el control es cuando las sojas están en R3 y empiezan a definir rindes: si se observan ninfas en la base y los primeros adultos en los estratos superiores, hay que aplicar.
Sobre los monitoreos, repitió la recomendación que, junto a Igarzábal, subrayan todos los años: como mínimo, hay que recorrer los lotes una vez cada siete días.
Fuente: Agrovoz
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Fitosanitarios: cada localidad establecerá las zonas restringidas.
Un trabajo interdisciplinario, elaborado y presentado por cuatro Ministerios de la Nación, deja abierta la discusión sobre los metros que deben tener los espacios de restricción y las zonas de amortiguamiento a la hora de aplicar fitosanitarios. Una disyuntiva que en los últimos años se ha definido en algunos municipios con dimensiones muy diversas, en algunos casos con mucha polémica.
El documento realizado por los Ministerios de 1) Agroindustria y 2)Ambiente, con el respaldo de los de 3)Salud y por el de 4)Ciencia y Tecnología , establece 12 principios y 23 recomendacionesa la hora de utilziar fitosanitarios. Además, fomenta las Buenas Prácticas Agrícolas y el monitoreo público-privado para cuidar la salud de la población y el ambiente.
La distancia de ambientes que requieren especial protección “no es esencial, sino que depende de otras consideraciones, como el tipo de producto y las condiciones meteorológicas”, reza el documento, donde se destaca varias veces que el marco regulatorio sobre aplicaciones debe realizarse “sobre la base de información científica y tecnológica relevante”.
Entre los 12 principios, establecen que “las políticas públicas deben asegurar la producción sostenible, o sea una actividad productiva con cuidado de la salud de las personas, del ambiente y de los servicios ecosistémicos, con equilibrio entre el ambiente y la actividad humana para satisfacer sus necesidades presentes, sin comprometer las de las generaciones futuras”.
Así mismo, se señalo que “los cultivos necesitan de los fitosanitarios como los humanos de los antibióticos y todo es cuestión de dosis y formas de uso, porque uno se puede morir hasta tomando agua en cantidad”, señaló Lino Barañao (Min. de Ciencia y Tecnología). “Argentina es muy dependiente de la agricultura para el buen desenvolvimiento de su economía, así que el desarrollo de estas capacidades es fundamental”, con un “rol clave del Estado no sólo en la formulación de políticas públicas adecuadas sino por su función de monitoreo y control” agregó.
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Dentro de las reflexiones finales, se destacó importancia de realizar indicadores para el monitoreo de la adopción de las BPA, así como del impacto ambiental, la salud humana y animal, con redes de control en todo el territorio nacional, involucrando las comunidades locales. Además, se busca fortalecer la vigilancia epidemiológica de la exposición a fitosanitarios, con actualización de la información y permitiendo fortalecer el sistema de control.
Al respecto y para finalizar, se promueve establecer un marco regulatorio que permita a diferentes grupos asociativos de la actividad agropecuaria asumir las responsabilidades correspondientes en implementación, control entre privados y difusión de las buenas prácticas, de manera complementaria a las competencias de las autoridades públicas, con beneficios derivados de asumir esa responsabilidad, por ejemplo, mediante la instalación de sensores y estaciones, fiscalizadores, tecnología online, reconocimiento oficial de certificación participativa de buenas prácticas, articulación con los municipios para el diseño de regulaciones, acceso a financiamiento preferencial, entre otros aspectos.
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El futuro del Agro de la mano de los agrocentennials
“¿Cómo podrían ser las nuevas generaciones de productores agropecuarios?”, “¿cuál será el futuro del agro?” se preguntan los economistas Julio Calzada, Ingrid Clausen y Sofía Corina en el último informativo semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Ellos mismos se contestan que “resulta difícil responder esta pregunta”. Pero analizan algunos indicios que permiten proyectar un perfil de lo que será el campo del futuro, dominado por la generación Z (los centennials) y la generación “alpha” (los táctiles).
Todo es on line. Los nacidos desde 1996 en adelante serán los más ávidos en incorporar el avance exponencial de la tecnología digital en el agro. Estas personas no conciben un mundo sin Internet o celulares. La conexión en el campo será tan vital como cualquier otro servicio público.
Rapidez y agilidad. Este grupo se inclina por las soluciones inmediatas, a la velocidad de un clic y son capaces de hacer una simultaneidad de actividades al mismo tiempo. Serán más conscientes del riesgo climático y de precios y del cuidado del ambiente.
Versatilidad. Se caracterizan por ser autodidactas, visuales, versátiles, flexibles a los cambios y aficionados por la tecnología. Su perfil se adaptará al crecimiento vertiginoso de la tecnología en el sector agroindustrial.
Súper conectados. La generación táctil son los “post-centennial”, nacidos a partir del 2010. Su cotidianeidad virtual se expandirá a las actividades diarias del campo, que estarán automatizadas por inteligencia artificial y serán controladas en forma remota.
Todo es virtual. Estas generaciones se sienten y se sentirán cómodas trabajando con los dedos en una pantalla, sumergidos entre algoritmos, redes sociales colaborativas, inteligencia artificial y minería de datos. Son autodidactas, aficionados a los tutoriales en YouTube y adictos a la novedad. Sin embargo, de niños fueron sobre-estimulados, por lo que se aburren muy fácilmente y les cuesta focalizarse en una sola actividad.
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¿Cómo se será el futuro del agro?
Para los autores, “la adquisición de los insumos agrícolas podría llegar a concretarse a través de plataformas que comparen diferentes calidades, precios y condición de entrega. La lectura de las opiniones de los consumidores y los influencers definirán las decisiones de compra. Los consumidores pasivos virarán a “prosumidores”, o consumidores que producen un contenido nuevo sobre el producto. Así, las experiencias de los usuarios colocan a las marcas en un segundo plano”.
Otro aspecto que influiría en la actividad rural es “la ‘uberizacion’ de la maquinaria agrícola, a través de plataformas market place. Tal como sucede con Uber, las máquinas, robots, drones serían compartidos por diferentes usuarios para disminuir la capacidad ociosa de la tecnología y bajar costos. Además, el crowfunding (financiación colectiva) para hacer inversiones en el agro podría llegar a ser moneda corriente”.
Calzada, Clausen y Corina insisten, en este marco, que las nuevas generaciones no se caracterizan por ser pacientes, por lo que “es factible pensar que tenderán a eliminar los trámites burocráticos a fines de agilizar cualquier proceso”. Por eso, no es descabellado pensar que la tecnología blockchain irrumpa rápidamente también en el agro.
“Otra característica particular de estas generaciones, es que vieron a sus padres y abuelos lidiar con los riesgos de precios y climáticos. Por lo tanto, es probable que incorporen las coberturas del agro tan cotidianamente como las coberturas médicas”, agregan los economistas.
Asimismo, “son generaciones con otros valores respecto al ambiente ya que vivencian desastres ambientales en cortos periodos de tiempo. Es bastante lógico pensar que se inclinarán por el uso de las energías renovables (sobre todo la energía solar para el funcionamiento de máquinas o robots), potenciarán la agricultura de modo tal de usar la menor cantidad de químicos posibles; valorarán más el agua como recurso escaso y se inclinarán en satisfacer la creciente demanda de alimentos orgánicos”.
“En definitiva, las generaciones futuras del campo tenderán a resolver desde el Smartphone sus finanzas, compras de insumos, ventas de granos, ordenes de trabajo, logística, monitoreo de lotes con drones o imágenes satelitales, etc. La “internet de las cosas” alcanzará al equipamiento de las explotaciones agrícolas y los algoritmos que tomen sus datos como inputs facilitarán la toma de decisiones. Es razonable pensar que los productores de la próxima generación trabajaran en forma remota y colaborativa, con un equipo de trabajo multidisciplinario”, resumen desde la BCR.
Fuente: Agrovoz.
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