
Llegando al final de la gruesa, Esteban Frola recuerda algunos tips para aplicar en tiempo y forma los fitosanitarios.
Así como cuando calibramos una sembradora y evaluamos la profundidad de siembra, es indispensable controlar cómo se ha calibrado la maquina pulverizadora. Y cuál es la calidad que hemos logrado con nuestra aplicación.
La tarjeta hidrosensible es una herramienta fundamental para poder lograr aplicaciones eficientes y responsables.
A modo general, podemos decir que en soja de primera y en la zona núcleo, el cultivo se encuentra en estado de desarrollo R4 y R5. Estado de la planta con vainas completamente desarrollada y en inicio de la formación de semilla.
Período en el que se aplican fungicidas e insecticidas. Es recomendable trabajar con gotas de 200 micrones y lograr entre 70 y 100 impactos por centímetro cuadrado. Utilizamos 2 medidas, una tarjeta colocada arriba del canopeo del cultivo. La cual se coloca sobre un soporte clavado en el entre surco, y otra en la parte inferior del tercio medio de la planta.
No debemos olvidar que, hay que trabajar con gotas uniformes y que las gotas grandes no llegan al objetivo. Allí en la parte inferior del tercio medio del cultivo. Por eso la colocación de las 2das tarjetas hidrosensibles.
Por otro lado, al hacer las mezclas (como en esta etapa no utilizamos herbicidas), no es tan complejo hacer las pruebas de compatibilidad en un recipiente de volumen reducido.
Un punto muy importante es trabajar con tensioactivos antievaporantes (ó surfantactes). Esto se hace con el objeto de proteger las gotas. Con este mismo objetivo, debemos intentar de realizar las aplicaciones en los mejores horarios, midiendo las condiciones ambientales. Es decir, humedad relativa, temperatura ambiente, velocidad y dirección del viento. Para ello, se pueden utilizar medidores de mano. Estos implican una pequeña inversión, la cual será ampliamente compensada con la efectividad lograda en cada tratamiento.
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Un ejemplo de tomar medidas a destiempo
Algo que se observa en la zona núcleo (Arrecifes, Pergamino, Colón, Rojas y Salto) es que hay una tremenda invasión de yuyo colorado. Ocurre que el año pasado, se cosecharon las cabeceras de los lotes y se distribuyeron las semillas de yuyo colorado. Para sumar, este año no se hicieron los pre emergentes necesarios. Por tal motivo, ahora en los lotes de soja, aparece esta maleza resistente a glifosato y a toda la familia de herbicidas inhibidores de ALS (sulfonilureas, imidazolinonas y triazolopirimidinas).
El control de esa maleza se practica muchas veces de manera ineficiente, con erradas prácticas, lo cual nos lleva a tener costos realmente elevados. Uno de los problemas principales es que no se toman las medidas a tiempo.
En los lotes de maíz esta pasando algo parecido, con la variante que implica el porte del cultivo, lo cual oculta el problema y no nos deja percibirlo hasta el momento de la cosecha.
Es clave en maíz, el uso de los herbicidas pre emergentes y monitoreo a la hora del cierre de surco. Así podremos combinar los pos emergentes y hacer las aplicaciones con las malezas cuando las mismas están en sus primeros estadios de crecimiento y desarrollo.
Es fundamental el uso de pre emergentes combinados y luego saber hacer uso de los post emergentes. Estos últimos son productos de contacto y es necesario un manejo específico, afirma Frola.
Fuente: Clarin Rural.