El Zinc es un micronutriente esencial para el crecimiento y desarrollo del cultivo de maíz, el mismo
participa en numerosas funciones fisiológicas como la síntesis de proteínas, la producción de
hormonas de crecimiento y la formación de clorofila, por lo tanto su deficiencia puede causar una
reducción significativa en el rendimiento del cultivo. Para abordar esta necesidad, se han
desarrollado tecnologías avanzadas como ser, la aplicación de Zinc sólido (EDTA) y Óxido de Zinc
líquido, tanto en tratamientos de semilla como foliares.
El tratamiento de semillas con óxido de zinc es una estrategia eficaz para garantizar una
disponibilidad temprana de zinc para las plántulas de maíz. Este método consiste en revestir las
semillas con una solución de óxido de zinc, lo que permite una liberación gradual del nutriente
durante la germinación y el establecimiento de la plántula. Al asegurar un suministro adecuado de
zinc desde las primeras etapas de desarrollo, se promueve un crecimiento vigoroso y saludable de
las plántulas, estableciendo una base sólida para un desarrollo óptimo del cultivo.
La aplicación foliar de óxido de zinc es otra estrategia efectiva para suplementar zinc durante las
etapas críticas de desarrollo del maíz. Este método permite una distribución uniforme del
nutriente sobre el follaje, mejorando su absorción y utilización.
El zinc quelatado con EDTA es otra forma altamente efectiva de suministrar zinc a las plantas. Esta
tecnología aprovecha la capacidad del EDTA para formar complejos solubles con el zinc, mejorando
su absorción y movilidad dentro de la planta. La aplicación foliar de zinc quelatado permite una
rápida corrección de deficiencias, especialmente en suelos con pH alto o bajos, donde la
disponibilidad de zinc es limitada.
El zinc también está involucrado en la resistencia de la planta al estrés abiótico, mejorando la
tolerancia a condiciones adversas como sequía y temperaturas extremas. Además, una adecuada
nutrición con zinc fortalece el sistema inmunológico de la planta, haciéndola más resistente a
enfermedades y plagas, como por ejemplo frente al ataque de la chicharrita del maíz (Dalbulus
maydis).
En resumen, el uso de Zinc EDTA y Óxido de Zinc, tanto en tratamiento de semillas como en
aplicaciones foliares, ofrece soluciones efectivas para mejorar la nutrición del maíz, optimizando su
crecimiento y rendimiento. La comprensión de las funciones fisiológicas del zinc en la planta de
maíz refuerza la importancia de su adecuada gestión en los programas de fertilización.
Fuente: Ing. Agr. José María Martínez.