Otoño: ideal para el control eficiente de malezas.
En los esquemas de siembra directa, el período que transcurre entre la cosecha de un cultivo y la siembra del siguiente, conocido como barbecho es una etapa fundamental para el manejo de malezas y la planificación del lote.
Antes de iniciarlo, técnicos del INTA Oliveros -Santa Fe- proponen conocer en profundidad la composición de la comunidad de especies, su ciclo y susceptibilidad a los herbicidas para lograr mejores resultados.
Juan Carlos Papa, referente en manejo de malezas del INTA Oliveros, puntualizó: “Antes de iniciar el tratamiento, se debe considerar cuándo es el momento oportuno en función del tipo de malezas, la posibilidad de que produzcan semillas o yemas y el cultivo que se realizará después”. Y agregó: “En muchos casos, de esta planificación depende el éxito o fracaso del manejo y del cultivo posterior”.
En los sistemas de producción basados en siembra directa el barbecho químico debería realizarse en un período cercano a la cosecha del cultivo estival, debido a que “en ese momento las malezas de otoño e inverno serán pequeñas y estarán en pleno crecimiento”, expresó Papa.
Para contribuir con las Buenas Prácticas Agrícolas y aportar a la sustentabilidad de los sistemas, Papa recomendó limitar la implementación de barbechos otoño-invernales demasiado prolongados -de 6 a 8 meses- debido a que pueden favorecer la evolución de los problemas de resistencia a herbicidas.
El especialista del INTA explicó que “las condiciones ambientales del otoño, en general, favorecen la eficacia de los principios activos de los herbicidas y permiten potenciar el efecto residual. Además, las bajas temperaturas y las escasas precipitaciones invernales limitan el crecimiento de las plantas, lo cual resulta positivo”.
Por otro lado, el final del invierno y el inicio de la primavera es otro momento crítico y que merece especial atención en la programación del lote. “En esta etapa, los herbicidas residuales deberán ser selectivos para el cultivo a implantar. Si están correctamente posicionados, pueden aportar de manera significativa al control de malezas en el cultivo”.
“No vamos a controlar las malezas sólo con herbicidas”, afirmó Papa. Además expresó que “el conocimiento sobre la biología y dinámica de las especies resistentes, la planificación, el monitoreo, la elección correcta de herbicidas, la oportunidad de los tratamientos y tecnología de aplicación, así como las prácticas culturales, aportan resultados positivos que trascienden la campaña puntual y afectan el resultado del proceso productivo tanto en el corto como en el mediano y largo plazo”.
Fuente: INTA Informa
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Barbecho en Trigo.
Al momento de realizar la siembra del cultivo de trigo es importante que el mismo se establezca en un lote libre de malezas las cuales podrían condicionar su emergencia. Liberar el lote de las malezas permite acumular agua y nutrientes destinados al cultivo que, de otra manera, estarían siendo consumidas por estas. El barbecho constituye el período que transcurre entre la cosecha de un cultivo y la siembra del siguiente, y en este período es importante detectar cuáles son las malezas presentes a fin de controlarlas.
Para comenzar con el barbecho en trigo, no hay una fecha única o especifica, pero el cultivo antecesor define el inicio del período de barbecho. Así mismo, como regla general, es preferible controlar las malezas en nuestros lotes antes del mes de julio. Hasta ese momento suele haber suficiente humedad edáfica; las temperaturas todavía no son tan bajas y las malezas aún están en su período juvenil (un tamaño ideal para su control).
PRE-EMERGENTES
Existen dos momentos de control de adversidades, en especial malezas, al momento de establecerse el cultivo de trigo, el primero lo constituye los controles “pre-emergencia” es decir, aquellos realizados previo a la emergencia del cultivo. En estos casos se recomienda la utilización de un herbicida “no selectivo” a fin de controlar la mayor cantidad de malezas presentes, junto con un producto residual el cual permitirá extender el período de control del producto, impidiendo la emergencia de nuevas malezas. Cuando se utilicen productos residuales, es importante tener en cuenta que el mismo no genere daños en el cultivo a sembrar. Se deberá tener en cuenta el período de residualidad del mismo, indicado en la etiqueta del envase, a fin de sembrar el cultivo de trigo luego de este período.
POST-EMERGENTES
Por otro lado, una vez sembrado y emergido el cultivo de trigo, pueden realizarse controles “post-emergencia”. Se deberán detectar cuáles son las malezas presentes e identificar junto con el Ingeniero Agrónomo, el producto adecuado para lograr el control de las mismas sin que afecte al cultivo establecido.
Algunas de las malezas más comunes en el barbecho del cultivo de trigo son: bolsa de pastor, capiquí, cardos, pasto de invierno, raigrás, avena, cebadilla, achicoria y rama negra entre otras.
Las etiquetas de los productos fitosanitarios nos permiten conocer el modo de acción del producto que vamos a utilizar así como el momento y la forma adecuada para su aplicación. Indicando para qué cultivo se encuentra registrado su uso, las malezas que controla y las dosis recomendadas para su utilización.
En todos los casos donde se realicen aplicaciones con productos fitosanitarios, es indispensable utilizar el Equipo de Protección Personal y controlar las condiciones ambientales, a fin de que las mismas sean las correctas para realizar una aplicación.
Realizar un correcto control de las malezas permitirá que el cultivo se establezca adecuadamente, en un lote sin competencia y con la correcta disponibilidad de agua y nutrientes. El punto de partida ideal para alcanzar buenos rendimientos en nuestro cultivo.
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La importancia del Barbecho Químico.
Etapa clave en el manejo de malezas. Algunos conceptos a tener en cuenta.
El período de barbecho es el que transcurre entre la cosecha de un cultivo y la siembra del cultivo siguiente. Es una etapa importante ya que durante la misma se almacenan recursos necesarios para el desarrollo del cultivo posterior.
Se pueden diferenciar desde el punto de vista práctico, dos tipos de barbechos:
- barbecho cortoque se realiza poco antes de la implantación del cultivo.
- barbecho largo, que es el que comienza poco después de la cosecha del cultivo antecesor.
Se denomina, entonces, barbecho químico al período entre el primer tratamiento herbicida que se realiza después de la cosecha y la siembra directa del cultivo siguiente.
La elección de los herbicidas y el momento de inicio de los tratamientos no obedecen a reglas fijas; deben considerarse, entre otros factores, la composición de la comunidad de malezas, la abundancia relativa de cada una de las especies, su ciclo y su agresividad.
Asimismo, debe tenerse en cuenta: la sensibilidad de las especies más importantes a los herbicidas disponibles, la posibilidad de que estas especies produzcan semillas o yemas y, no menos importante, es la consideración del cultivo que se realizará posteriormente. Factores como la cantidad y calidad de cobertura existente y las condiciones ambientales no deben soslayarse, ya que determinan, en muchos casos, el éxito o fracaso de las medidas de control.
La planificación y posterior ejecución del barbecho químico, debería realizarse en un período cercano a la cosecha del cultivo estival, ya que en ese momento las malezas de ciclo otoño invernal serán pequeñas y estarán en pleno crecimiento.
En esa época del año las condiciones ambientales, en general, favorecerán la eficacia de los principios activos, permitiendo la activación de los herbicidas residuales así como el inicio de su disipación; esto último es de fundamental importancia si el herbicida no es selectivo para el cultivo posterior.
Durante el período invernal, las bajas temperaturas, la menor radiación y las escasas precipitaciones no favorecen el crecimiento de las malezas. Sin embargo, estas condiciones también afectan en forma negativa la acción de los herbicidas.
En este período se incrementa, además, la probabilidad de que los herbicidas residuales no se activen y no se disipen a una tasa tal que posibilite la siembra del cultivo estival sin riesgos de fitotoxicidad.
La finalización del invierno e inicio de la primavera constituye otro momento crítico, ya que comienza la emergencia de las especies potencialmente invasoras del cultivo estival. En esta etapa, si bien la base de los tratamientos será similar a la empleada en el barbecho largo, los herbicidas residuales a emplear deberán ser selectivos para el cultivo.
Gran parte de las especies citadas frecuentemente como tolerantes a glifosato, son malezas de barbecho tratadas tardíamente, y por lo tanto, en forma no eficaz y que pueden prolongar su ciclo en el cultivo de verano y generar un problema adicional a las malezas propias del ciclo estival. De esta manera, provocan aumento en los costos de producción, reducción de los rendimientos y, finalmente, incrementan su importancia en las campañas futuras.
Uno de los determinantes de esta problemática es el insuficiente, o ausencia, monitoreo de los lotes. Asimismo, existe por parte de muchos técnicos y productores una sobreestimación de los herbicidas en general y del glifosato en particular. Estos productos tienen una actividad óptima cuando las plantas son pequeñas y están creciendo activamente; por el contrario, cuando las malezas son grandes y/o han sobrevivido a condiciones de estrés o a tratamientos fallidos previos, su sensibilidad a los herbicidas es significativamente menor.
Es importante conocer el ciclo de las malezas que pretendemos controlar, a fin de evitar realizar tratamientos extemporáneos que lo único que aportarán serán gastos innecesarios y polución. También es clave recordar que a las malezas no las vamos a dominar sólo con herbicidas.
Concluyendo, el barbecho químico es una pieza clave en un esquema de siembra directa, donde el conocimiento sobre la biología y dinámica de las malezas, la planificación, el monitoreo, la elección de herbicidas, la oportunidad de los tratamientos y la tecnología de aplicación, tienen consecuencias que trascienden largamente este período y afectan en forma significativa el resultado final del proceso productivo.
Fuente: Aapresid – Rem
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