Limpieza de tanques de equipos pulverizadores
La limpieza de tanques de equipos pulverizadores con Detergente RASS 32 es fundamental. Esto es debido a la aparición de diferentes especies de malezas resistentes a distintos principios activos que generó como consecuencia una mayor utilización de herbicidas residuales. Y con esto, la comercialización de nuevos ingredientes activos y mezclas de varios productos fitosanitarios destinados a una misma aplicación con el objetivo de aumentar el espectro de acción y al mismo tiempo reducir el número y costo de las aplicaciones.
No obstante, cuando se realizan algunas mezclas de diferentes productos fitosanitarios pueden producirse ciertas incompatibilidades entre los fitosanitarios empleados generando cremas, coalescencias, agregados o flóculos, precipitados, etc.

Por este motivo, resulta fundamental la limpieza de tanques de equipos pulverizadores permitiendo desactivar, desengrasar y desincrustar las adherencias o sedimentaciones producidas en las paredes y fondo del tanque. Estas adherencias o sedimentaciones, aún siendo pequeñas cantidades, pueden ser removidos por otros productos como herbicidas, fertilizantes y/o adyuvantes actuando como solventes. Llevandolas a la solución del caldo de aplicación ocasionando severos daños en cultivos sensibles en aplicaciones posteriores.
Desde Alltec S.A. recomendamos dos tipos de lavados (con Detergente RASS 32), dependiendo del estado en el que se encuentre el tanque del equipo equipo pulverizador;
1. Limpieza Profunda
2. Limpieza de Mantenimiento
Previo al lavado del tanque, debemos retirar los filtros y pastillas que integren el circuito de pulverización y colocarlas en un balde con Detergente RASS 32. Los cuales se volverán a colocar una vez finalizado el proceso de lavado.

Una vez finalizado el lavado, debemos enjuagar y purgar con agua limpia tanto el tanque como la línea de pulverización completa para eliminar todo resto de detergente. Y todas aquellas partículas desincrustadas por acción del Detergente RASS 32. Con lo cual, el enjuague resulta tan importante como el lavado propiamente dicho.
Es importante NO confundir lavado con enjuague, ya que el lavado es una práctica más específica, la cual debe asegurar la ausencia total de residuos en el equipo. Mientras que el enjuague debe ser una acción más rutinaria, luego de cada aplicación a través de la cual evitamos incrustaciones y remanentes.
Alltec S.A. cuenta con asesores técnicos especializados quienes a través de un servicio técnico permiten diagnosticar el estado del tanque y circuito de aplicación y poner en práctica el protocolo de lavado más adecuado (Profundo o Mantenimiento).
Fuente; Ing. Agr. Juan de Dios Plaza | RTV Norte de Buenos Aires.
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Calidad del agua en la aplicación de fitosanitarios
La calidad del agua en la aplicación de fitosanitarios es de suma importancia ya que, si utilizamos agua de baja calidad, podemos disminuir la eficacia de la aplicación e incluso hacer que falle por completo.
Por este motivo, existen 3 factores a controlar que no debemos pasar por alto para asegurarnos de trabajar con la calidad de agua deseada;
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Nivel de Acidez / Alcalinidad del agua.
En líneas generales se recomienda que, el agua a utilizar posea pH levemente ácido, entre 4.5 y 6.5, ya que la mayoría de los plaguicidas se comportan mejor en este medio.
Cuando el pH es alcalino (mayor a 8) se puede generar una degradación anticipada del principio activo, provocando que la aplicación pueda no ser eficaz. Esto se puede solucionar con un ACIDIFICANTE.
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Dureza: Minerales en el agua.
Se determina la concentración de compuestos minerales que existe en una determinada cantidad de agua; específicamente, sales de magnesio y calcio. Lo que ocurre es que los iones presentes en las sales forman reacciones con los fitosanitarios, reduciendo la concentración de principio activo en el caldo de tratamiento.
En general se toma como valor umbral 150 ppm; por encima de este valor se deberá utilizar un corrector de dureza o secuestrante de cationes.
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Partículas suspendidas en el agua.
Puede estar contaminada con materia orgánica o inorgánica en suspensión, lo que influye negativamente en la pulverización.
Esto afecta la calidad de la pulverización, ya que los residuos depositados sobre la superficie de las hojas no permiten que el fitosanitario atraviese la membrana foliar.
Y también a la maquinaria, ya q se deben realizar paradas para la limpieza de los filtros y otros componentes. Reduciendo así la vida útil del equipo de pulverización.
DOS SOLUCIONES;
a) utilizar una fuente de agua libre de estos materiales en suspensión,
b) filtrar el agua con un filtro de carbón activado o un filtro de arena antes de utilizarla.
*RECORDEMOS; La calidad del agua es de suma importancia, ya que es el medio de aspersión más utilizado al momento de aplicar productos fitosanitarios.
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¿Cómo calibrar la mochila pulverizadora? Recomendaciones!
Al hacer frente a una enfermedad, maleza o insecto que afecta nuestros cultivos debemos tomar todos los recaudos necesarios. Por este motivo, es necesario calibrar la mochila pulverizadora antes de aplicar nuestros fitosanitarios. De esta manera, lograremos los resultados esperados sin afectar a la sociedad o medio ambiente.
Recomendaciones al calibrar la mochila pulverizadora;
Lo primero que deberá chequearse es que la barra portapicos se encuentre en condiciones, sin presentar roturas, perdidas, ni obstrucciones. Esto podrá verificarse utilizando el tanque contenedor con agua y verificando que no se produzcan goteos en ninguna de sus partes, ni sobre la barra, ni en los picos o pastillas.
Una vez que se ha comprobado el correcto funcionamiento, se deberá proceder a calibrar la mochila ( siempre con agua).
En este punto es clave que quien vaya a realizar la aplicación sea quien calibre. Ya que se debe mantener constante la velocidad de desplazamiento, la presión aplicada, la altura y el ancho de trabajo, tanto en la calibración como en la aplicación. Si se camina más lento se generará una dosis más alta que en lugares donde se ha avanzado más rápido.
Un dato importante al calibrar la mochila pulverizadora; debemos conocer el ancho de trabajo. Ya que permitirá conocer la superficie que se pulverizará. Dependerá de la altura de aplicación, el tipo de pico y del ángulo de aspersión.
Si una vez calibrada la mochila pulverizadora, se modifica la velocidad del viento, se deberá modificar la altura de trabajo. A mayor velocidad mayor probabilidad de deriva. Por lo tanto, se deberá calibrar nuevamente.
Lo mismo ocurre si se cambiara de aplicador, se deberá recalibrar a la forma de aplicar de este nuevo trabajador.
Luego de cada uso, se debe lavar la mochila mediante triple lavado o lavado a presión, cuidando de no perforar el recipiente, ya que debe seguir utilizándose para futuras aplicaciones. Para esto podes utilizar nuestro producto RASS32, un poderoso desengrasante y desgasificador diseñado para limpiar y lavar el equipo pulverizador.
Por último, desde Casafe recuerdan lo importante que es resguardar la salud del operador. Siempre que se manipulen agroquímicos se deberá contar con el equipo de protección personal que figura en las etiquetas de los productos utilizados.
Fuente: Casafe.
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COADYUVANTES, la clave en tratamientos con herbicidas.
Uno de los especialistas que habló en el 13° Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Enfermedades y Malezas realizado en Córdoba dijo que una mala elección del coadyuvante puede reducir la efectividad de los tratamientos hasta 70%.
Uno de los talleres realizados por la mañana fue sobre la importancia de los coadyuvantes agrícolas, dictado por un especialista brasileño invitado por Alltec S.A: Adriano Arrué Melo, de la Universidad Federal de Santa María.
La principal conclusión que se llevaron los asistentes es que una mala elección del coadyuvante, al momento de aplicar un herbicida, puede reducir la efectividad de los tratamientos de 60 a 70%. “La eficiencia cambia mucho de acuerdo al tipo de producto. Hay herbicidas en los que, si no se utiliza el coadyuvante adecuado, la eficiencia pasa del 90 o 100% a 30 o 40%, principalmente por esa gestión de penetración”, sostuvo Melo.
Claves
“En un nivel simple y para entenderlo podemos decir que los coadyuvantes mejoran la calidad de pulverización de una sustancia activa”, resumió Arrué Melo.
“Es posible inferir que el uso de coadyuvantes es una práctica importante en el mejoramiento de la eficiencia de los defensivos agrícolas. Su uso mejora el control de plagas, en la medida en que mejora la calidad de aplicación y aumenta la cantidad de materia activa absorbida por la planta”, amplió.
De acuerdo a su visión, al momento de elegir un coadyuvante es fundamental considerar cuatro aspectos:
1- El cultivo. “Hay coadyuvantes que mejoran la interacción entre el producto y la planta. Uno puede ser bueno para soja pero no para maíz, por ejemplo”.
2- Los defensivos. “Si vamos a utilizar herbicidas necesitamos un producto penetrante, que consiga pasar la barrera física de la planta. Pero si vamos a trabajar con fungicidas o insecticidas necesitaremos una mayor cobertura de la gota. Muchas plagas se quedan en el tercio inferior de las plantas, con lo cual necesitamos que el producto llegue a ese lugar”.
3- Las condiciones ambientales. “Si hay viento necesitamos un coadyuvante que ayude a reducir la deriva. Cuando hay alta temperatura y baja humedad, la cutícula de la planta es distinta y es más complicado que el producto pueda entrar. Necesitamos de algún componente que ayude a pasar esa barrera física”.
4- El estado fenológico. “Define la cantidad de cera en la cutícula y la necesidad de cobertura. Por ejemplo una soja en R4 o R5 necesita muy buena cobertura, pero si la soja está comenzando el ciclo requerirá una cobertura mucho menor”.
Formulaciones
Según Melo, otro aspecto que los productores deben tener más en cuenta es la dispersión de las formulaciones. “Por ejemplo, cuando usan polvo mojable y colocan directamente el producto en el tanque de pulverización, eso definitivamente no va a producir un caldo uniforme. Al trabajar con formulaciones que tienen baja dispersión, se necesita una premezcla previa, antes de ir al tanque de pulverización”, recomendó.
En tanto, dijo que hoy la “vedette” del sector son las nano formulaciones. “Es como si un virus fuera del tamaño de una persona. Es muy pequeña, apenas la dimensión de 100 nanómetros, pero gracias a su estructura mejora la actividad química y la solubilidad, al igual que la actividad biológica, la movilidad y la biodisponibilidad”, indicó.
Por último resaltó, que otro rasgo sobresaliente de la nano formulación es que no cambia la estructura química de la molécula, sino que sólo la quiebra en varias partes, lo que aumenta la actividad química. “La velocidad de disolución de una partícula en un medio acuoso es inversamente proporcional a su tamaño. Con las nano formulaciones el producto está más disponible para la planta”.
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Aplicaciones eficientes y el uso de tarjetas hidrosensibles.
En los últimos años con la aparición de nuevas plagas y enfermedades más agresivas, sumado a condiciones ambientales poco favorables, se comenzó a observar que los tratamientos con productos fitosanitarios pierden eficiencia, o al menos no la tienen en la misma proporción que años atrás. Por ello se comenzó a estudiar la efectividad de las aplicaciones realizadas a campo para determinar la llegada del producto al objetivo, comparando el tipo de aplicación tradicional con los resultados que se obtienen cuando es monitoreada.
El ingeniero agrónomo Esteban Frola, especialista en la materia, destacó que “con el control de los métodos de aplicación y monitoreo se logra aumentar la eficiencia de los productos aplicados. Asimismo, se contribuye a la disminución del impacto ambiental debido a la reducción del peso de la máquina por compactación”.
Para llevar a cabo estos objetivos se toman decisiones agronómicas de manejo que permiten variar el tamaño y la cantidad de impactos, logrando mayor penetración y llegada al objetivo de aplicación de acuerdo a las condiciones ambientales y de cultivo que se tengan en un determinado momento.
Hoy existe un concepto generalizado de que cuando se decide pulverizar solo hay que preocuparse por la dosis y ver que todas las pastillas o picos apliquen más o menos parejo. Si las condiciones no son las adecuadas, se aumenta un poco la cantidad del producto o el volumen usado para que “moje más” y no hay mucho más por mejorar.
La realidad es que se está poniendo en juego un capital muy grande cada vez que se carga la pulverizadora, jugando un papel muy importante en lo que respecta al medio ambiente. El ingeniero Frola afirma que “debemos dejar de medir las aplicaciones con un solo parámetro como es el volumen aplicado. Es fundamental comenzar a manejar otras variables como: tamaño, número y distribución de los impactos, para lograr una aplicación de calidad”.
El profesional recomienda la utilización de tarjetas hidrosensibles para hacer un control efectivo del modo en que se está realizando la aplicación, ya que permiten medir cantidad de impactos por centímetros, uniformidad y tamaño de las gotas aplicadas. Para que el control sea eficiente, se debe ubicar una tarjeta afuera del cultivo y otras en la parte superior e inferior del mismo. Esta última se “esconde” en la base del tallo del lado contrario de donde viene el viento porque es la zona más difícil para que llegue el producto.
Algunos aspectos fundamentales a considerar:
- Respetar el tamaño y número de impactos de acuerdo al objetivo a controlar.
- Utilización de picos: el caudal de líquido que eroga está vinculado a la presión. A medida que aumenta su tamaño, aumenta el caudal y se agranda el tamaño de gota. Los picos no emiten todas las gotas del mismo tamaño sino que realizan un espectro (gotas grandes, medianas y chicas). Hay que tener en cuenta que todas tienen la misma concentración del producto pero no la misma cantidad, las gotas más grandes contienen más producto.
- Condiciones ambientales: monitorear y respetar las condiciones ambientales, rangos de temperatura inferiores a 30°C; humedad relativa superior al 40% y vientos con velocidades menores a 18-20 km/h. Como esta es una situación prácticamente ideal, es preferible acompañar siempre la aplicación con coadyuvantes (antievaporante) que ayuden a proteger la gota que se está generando. Esto es fundamental ya que se requiere que cuando salga de la boquilla llegue al blanco con la mínima variación de tamaño. El antievaporante juega un papel fundamental en la superficie de la gota expuesta a la evaporación, trabajando como regulador del tamaño de los impactos.
Considerando estos aspectos, es posible mejorar las cualidades operativas, la autonomía de los equipos de apoyo y personal, la seguridad para el operario por la menor manipulación de bidones, el peso del equipo en el lote y la contaminación por gases de efecto invernadero. Esto genera una aplicación de calidad, la cual se traduce en un menor número de fallas (sin necesidad de nuevas aplicaciones buscando repetir tratamientos), lo que da como resultado un menor impacto ambiental y un menor impacto al bolsillo del productor.
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