¿La eliminación de las retenciones promovió la rotación de cultivos?
La eliminación de retenciones a la exportación de cereales a fines de 2015 incrementó la producción de trigo, maíz y girasol en detrimento de la de soja, un cambio “estructuralmente positivo porque favorece la sostenibilidad ambiental” mediante la rotación de cultivos, informó hoy la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En el caso de maíz, el ingreso de camiones alcanzó las 17 millones de toneladas lo cual representó el 33 por ciento de los ingresos de mercadería al Gran Rosario, un valor considerado “histórico” por la entidad.
“En soja se verifica una baja”, sigue el estudio, ya que ingresaron “en 2017 unos 968 mil camiones, cuando en 2016 habrían entrado cerca de 1.185.000 vehículos” a los puertos de la zona.
Según el informe, la baja de camiones con poroto de soja obedece a un aspecto estructural.
“Desde la eliminación de los derechos de exportación y restricciones a las exportaciones en diciembre 2015 –fundamenta- se observa un incremento a nivel nacional en el área sembrada con trigo, maíz y girasol y una leve caída en soja”.
Esos cambios provocaron que el área sembrada con trigo aumentara casi 1 millón de hectáreas, la de maíz aproximadamente 1,2 millones y la de girasol cerca de 300 mil.
Para la Bolsa de Rosario, “este aspecto es estructuralmente positivo porque favorece la sostenibilidad ambiental de la agricultura extensiva de nuestro país al permitir una mayor rotación de los campos con cereales, una menor utilización relativa de las oleaginosas y un mejor control de las malezas y enfermedades”.
Fuente: Telam.
- Published in NOTICIAS
La mayor epidemia de Roya Amarilla en trigo desde 1930.
La epidemia de roya amarilla que afecta al trigo sembrado este año en Argentina es la mayor desde 1930, según el ingeniero agrónomo de la Fauba, experto en enfermedades, Marcelo Carmona.
Dijo que en 1930 se dio la epifitia más grande del país, que volvió a ser tan importante recién este año, pese a que siempre fue una enfermedad con presencia en el sudeste de Buenos Aires.
Según Carmona, el hongo que produce la roya amarilla es un patógeno de alta capacidad migratoria, con mucha variabilidad genética y con alta adaptación a temperaturas más altas.
Una de las características que la diferencian es que ataca más temprano que otras royas y es la enfermedad más grave del trigo a nivel mundial, ya que tiene la capacidad de secar a la planta, cosa que no hacen las otras royas.
Todo esto lleva a que las decisiones de control deban ser tomadas sin tener en cuenta los estados fenológicos de la planta. Hojas inferiores infectadas siguen enfermando las hojas superiores en forma muy agresiva, ya que una pústula produce unas tres mil esporas por día durante varios días.
Recomendaciones
Para trabajar sin parámetros de estado fenológico, es necesario construir umbrales a partir de la planta enferma, justificándose la inversión en fungicidas a partir de umbrales bajos, ya que llegar tarde con esta enfermedad es causante de reinfección segura del cultivo.
Para Carmona no deben atrasarse las aplicaciones pues el avance interno de este hongo es muy destructivo y, por ello, se debe proceder al monitoreo de los lotes de trigo desde muy temprano.
La detección temprana de los focos de roya amarilla dispuestos en “manchones amarillentos” podrían ser indicativos directos para planificar el uso de fungicidas en lotes con genotipos susceptible y ocurrencia de rocío o lluvias que aseguren mojado.
Sugirió planificar el control químico, porque es probable que también se deba manejar químicamente a la roya anaranjada y/o roya negra, además de manchas foliares del trigo.
Por último, Carmona recomendó aplicar mezclas de al menos dos principios activos con diferente mecanismo bioquímico de acción. Por ejemplo, mezclar estrobilurinas más triazoles, que no sólo será eficiente en el manejo de roya amarilla sino también para otras royas y manchas.
Fuente: Agrovoz
- Published in NOTICIAS
ROYA AMARILLA: La enfermedad de trigo que más expansión tiene en Argentina.
Los diferentes tipos de roya se han transformado en la principal amenaza, en materia de enfermedades, para el cultivo de trigo en Argentina.
Las primeras alertas surgieron hace un mes y los hongos que afectan a las hojas del cereal ya están presentes, por ejemplo, en todo el territorio cordobés.
En este marco, en las últimas horas el Inta Marcos Juárez y el Laboratorio de Fitopatología de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) emitieron sendos informes en los que analizan el panorama de la roya en la provincia.
Reinfecciones
En el sudeste de Córdoba, el Inta elaboró un boletín informativo con datos de la experimental Marcos Juárez y de las Agencias de Extensión Rural (AER) Corral de Bustos, Bell Ville, Justiniano Posse y Noetinger.
“Respecto del nivel sanitario, se destaca la buena performance que tuvieron las aplicaciones tempranas de fungicidas para el control de roya amarilla (Puccinia striiformis)”, destaca el estudio.
Pero asegura que, “a pesar de ello, en lotes donde transcurrieron más de 20 días de realizada la aplicación, se observa una reinfección de la enfermedad, debido a las altas condiciones predisponentes para la aparición de nuevas pústulas”.
Estas condiciones son lluvias y humedad por encima de la media histórica.
Especies
En tanto, el documento elaborado por la Universidad Católica advierte también que, por las condiciones climáticas regionales, “se han hecho presente algunas enfermedades foliares con diferentes niveles de severidad”.
“Si bien la presencia de las royas fue prevalente, en esta campaña se puede observar la pluralidad de especies, dependiendo de las variedades de trigo utilizadas”, menciona el relevamiento.
En concreto, el Laboratorio fitopatológico precisó los casos de Roya de la Hoja (Puccinia triticina), Roya estriada o amarilla (Puccinia striiformis) y más recientemente, Roya negra del tallo (Puccinia graminis).
Para la UCC, “el trigo está en estado crítico, por lo que es importante la determinación de las enfermedades y la intensidad de ataques para definir un manejo adecuado”.
Fuente: Agrovoz
- Published in NOTICIAS
Fertilización nitrogenada en secuencia Maíz tardío – Trigo.
La superficie implantada en Argentina con maíz (Zea mays) y trigo (Triticum aestivum) en la campaña 2015-16 representó el 73% del total de cereales, 29% de todos los cultivos sembrados en el país, y 40% del volumen total de producción nacional de granos y oleaginosas (MINAGRI). En la actual campaña 2016/17, la superficie se incrementó notablemente consecuencia de medidas políticas respecto al mercado de estos cereales, sumado a expectativas de precios y relaciones insumo: producto más favorables.
La intensificación sustentable de los sistemas de producción busca entre otros objetivos un uso sustentable del suelo, a través del mejor uso de los recursos agua y nutrientes (Caviglia y Andrade, 2010). Dentro de las alternativas para alcanzar estos objetivos, se busca incrementar la frecuencia de gramíneas en las secuencias agrícolas con el fin de mejorar los balances de carbono del sistema, mejorar la fertilidad físico-química del suelo y modificar la dinámica de las malezas entre otros efectos.
En la región pampeana, una propuesta es incluir el trigo posterior a la cosecha de maíces de siembra tardía. Esta secuencia presentará un fuerte déficit de nitrógeno y el éxito productivo de la misma dependerá del manejo que se realice de la fertilización nitrogenada. Desde el punto de vista del manejo del sistema, los cultivos incluidos previo a la implantación de la secuencia maíz-trigo van a generar un impacto diferente en la dinámica del N en la secuencia, y por ende en la respuesta a la fertilización nitrogenada en los cultivos de maíz y trigo siguientes. La inclusión de cultivos de cobertura (CC) o de cosecha en el invierno figuran entre estas alternativas, por ejemplo CC como gramíneas de invierno o leguminosas (e.g. Vicia villosa) o cultivos de grano como el trigo, la cebada (Hordeum vulgare), la arveja (Pisum Sativum) o la lenteja (Lens culinari). Cada uno de estos cultivos afectará de manera diferente la dinámica del nitrógeno (N) en el sistema, en especial si se incluyen leguminosas, dado su aporte a través de la FBN, el bajo índice de cosecha de N comparado con leguminosas estivales y la baja relación C:N que acelera el balance inmovilización-mineralización del N de los residuos (Salvagiotti et al, 2016).
A partir de dos ensayos de fertilización nitrogenada en maíz de siembra tardía y trigo posterior en un campo de producción de la localidad Uranga (33° 16 ’ Lat S y 60° 39 ’ Long O), departamento Rosario, sobre un suelo Serie Peyrano durante las campañas 2015/16 (maíz) – 2016/17 (trigo) implantados en siembra directa se llegó a las siguientes conclusiones:
En maíz de siembra tardía solo se observaron diferencias significativas en el rendimiento cuando el antecesor fue trigo, demandando dosis de N de hasta 190 kg N ha para igualar el rendimiento de los otros antecesores. Esto abre la posibilidad de realizar siembras tardías de maíz sobre barbecho o leguminosas invernales (arveja o vicia) con baja fertilización nitrogenada según la disponibilidad de N del suelo. En el caso de trigo sembrado sobre este maíz, se observaron respuestas a la fertilización nitrogenada sobre todos los antecesores, con efectos residuales de la vicia, pero que no alcanzaron para alcanzar la máxima producción. Estos resultados muestran que el manejo de N es central, en especial en secuencias que incluyen una mayor proporción de gramíneas. La inclusión de leguminosas, ya sea para cosecha o como cultivo de cobertura, pueden amenguar este fuerte déficit y ser una herramienta más en la planificación de una intensificación sustentable de sistema.
Fuente: INTA.
- Published in NOTICIAS
Cultivos aliados para el control de malezas.
Especialistas del INTA analizan la inclusión de ambos cultivos en los sistemas productivos, debido a su capacidad para competir por recursos y por los residuos que deja en superficie. El trigo reduce las poblaciones de especies resistentes. En tanto que el maíz permite el uso de herbicidas con modos de acción diferentes.
La aparición de malezas resistentes y tolerantes en un lote no es más que el resultado de prácticas rutinarias que incluyen, entre otras cosas, el uso de unos pocos herbicidas. Como consecuencia, la lista de especies de difícil control crece todos los años.
En esta búsqueda continua, para mejorar la situación antes mencionada, por parte de todos los involucrados en el sistema productivo, un estudio del INTA Manfredi –Córdoba– determinó que la inclusión de trigo y maíz temprano al esquema de producción reduce la densidad de las malezas en los lotes.
En los últimos años, el sistema productivo en la región central de Córdoba se caracterizó por el aumento del monocultivo de soja, la disminución de la superficie sembrada con trigo y el retraso de la fecha de siembra del maíz. De acuerdo con Diego Ustarroz, especialista en control de malezas del INTA Manfredi, “estos cambios tuvieron consecuencias negativas para los sistemas productivos como el incremento en el uso de unos pocos herbicidas y la aparición de malezas resistentes”.
De las 17 malezas resistentes a herbicidas confirmadas en la Argentina, al menos ocho se detectaron en Córdoba. “Sin dudas, esto es un indicador de las acciones y pone de relieve la importancia de transformar las prácticas agronómicas actuales”, aseguró Ustarroz y añadió: “Hoy por hoy, el control de malezas no es sustentable y es necesario un cambio”.
Períodos de barbechos –lotes sin cultivos– muy largos sumado a una disminución en la rotación de herbicidas con diferente modo de acción derivó en la aparición de biotipos con resistencia múltiple. En este sentido, Ustarroz avanza en la propuesta de incorporar los cultivos de trigo y maíz temprano a los esquemas productivos de la región central de Córdoba. “Ambos son estratégicos”, señaló y explicó: “El primero reduce la cantidad de nacimientos de plántulas de malezas y compite por luz, agua y nutrientes; mientras que el segundo, permite la aplicación de herbicidas con modos de acción diferentes a los utilizados en soja”.
En los últimos años, la siembra de maíz en el suroeste, centro y norte de Córdoba se retrasó y pasó de septiembre-octubre a diciembre. Según Ustarroz, “este cambio en la fecha originó períodos de barbecho de ocho meses lo que trajo como consecuencia un incremento en las aplicaciones de herbicidas, como graminicidas, en forma repetida”.
Además, “esos maíces son cosechados a fines del invierno momento en el que las malezas de ciclo otoño-invernal adquirieron un gran desarrollo y en general se encuentran bajo estrés hídrico, dos condiciones que dificultan su control”, agregó el especialista del INTA.
Un estudio preliminar realizado en el INTA Manfredi demostró la importancia que tiene el trigo en la reducción de la población de Amaranthus hybridus, especie cuyos biotipos resistentes a herbicidas siguen diseminándose en la provincia.
“La implantación de trigo, luego de la cosecha de un cultivo de soja con alta infestación de esta maleza redujo los nacimientos y supervivencia de las plántulas nuevas de A. hybridus en primavera”, detalló Ustarroz quien destacó: “Las parcelas con trigo llegaron a cosecha sin plantas de esta maleza, mientras que las que estaban en barbecho tuvieron una alta infestación”.
Sin embargo, Ustarroz aclara que en el norte de la provincia y hacia el norte del país, es más difícil pensar en siembras tempranas de maíz y trigo debido a que tienen mayores restricciones hídricas. “En ese caso, habrá que evaluar cuál es el mejor esquema en esas zonas y que permita un manejo sustentable de las malezas”, recomendó.
“A futuro el control de malezas en la región central de Córdoba debe estar orientado a la reducción de los períodos de barbecho, mediante la inclusión de trigo en la rotación, la siembra de cultivos de cobertura y/o el cambio en la fecha de siembra de maíz”, resumió Ustarroz.
Fuente: INTA Manfredi.
- Published in NOTICIAS
¿Pensando sembrar trigo? Consejos a tener en cuenta!
Hace pocos días, asesores privados, técnicos de empresas, productores, estudiantes de agronomía, y otros actores de la cadena agrícola participaron de un concurrido taller de enfermedades en trigo que se realizó en el INTA Pergamino.
Lucrecia Couretot, adelantó, que serán muy importantes “enfermedades biotróficas, como roya de la hoja, aunque con especial hincapié en roya del tallo”.
Junto a otra especialista, Norma Formento, agregó que en cebada tendrán peso “las enfermedades necrotróficas, como algunas manchas foliares, con lo cual habrá que hacer controles oportunos, estar atentos al comportamiento sanitario de las variedades utilizadas y apuntar a calidad de malteo”.
Por su parte, Ignacio Erreguerena, del INTA Balcarce, habló de ramularia. Ante la estimación de ampliar la superficie de siembra de trigo, ésta es una enfermedad que poco a poco comienza a avanzar desde el Sudeste, área triguera clave, hacia el norte bonaerense.
En ese sentido, el especialista dejó bien en claro que el gran tema a tener en cuenta será cómo manejar las variedades susceptibles a royas del tallo y de la hoja. “Tienen un alto potencial destructivo”, describió.
Desde el ámbito privado, el ingeniero Martín Riela, dijo que son altos los niveles de inóculo que hay en los rastrojos este año, por las condiciones climáticas que se registraron.
Por eso, y pensando en la importancia de la sanidad de semilla, tanto en trigo como en cebada, el experto recomendó que se lleve a cabo la cura de cereales de invierno con fungicidas curasemillas de amplio espectro, que permita un manejo de las enfermedades de suelo y semilla, para proteger desde el inicio la fuerte inversión que los productores harán en estos cultivos, luego de varios años de no apretar el acelerador.
- Published in NOTICIAS