FITOSANITARIOS; el tamaño de las gotas lo es todo.
El tamaño de las gotas al momento de utilizar fitosanitarios es la clave para una aplicación eficiente y sin derivas. El principal objetivo al momento de pulverizar es que el producto llegue al blanco, sin afectar a la sociedad ni al ambiente. Es por esto que, la utilización de coadyuvantes resulta imprescindible al momento de realizar aplicaciones.
El primer paso para un control eficiente es conocer la plaga a la cual nos enfrentamos y elegir el producto correcto a utilizar.
Gotas: tamaño y cobertura
El tamaño de gotas y la cobertura de las mismas (número de gotas por centímetro cuadrado), son dos de los principales parámetros que se deberán verificar al momento de realizar una aplicación con productos fitosanitarios. Nos brindan información para saber si la aplicación resultó eficaz, sin generar inconvenientes por deriva.
El tamaño de las gotas se clasifica según la norma S-572 de ASAE en 6 categorías:
El color de la clasificación está relacionada con su riesgo de exoderiva. La cual es ocasionada por el traslado de las gotas por el viento fuera del lote. Gotas menores a 150 micrones son tendientes tanto a evaporarse como a ser trasladadas más fácilmente por el viento, que gotas más grandes. Sin embargo, si bien las gotas grandes generalmente no producen exoderiva, gotas extremadamente grandes presentan un comportamiento inadecuado. Las mismas pueden rebotar y no ser absorbidas por las plantas, cayendo al suelo. Lo que se conoce como “endoderiva”. Por lo cual, los tamaños útiles para aplicaciones agrícolas se encuentran entre 150 y 400 micrones.
Utilización de insecticidas y fungicidas
Para el caso de insecticidas y fungicidas, donde se requiere una buena cobertura, en general se utilizan gotas de fina a mediana. Esto se debe a que por ejemplo muchos insectos o enfermedades se encuentran localizados en sectores difíciles de alcanzar (cuando el cultivo ya ha cerrado el surco). Este tamaño de gotas permite que las mismas puedan ingresar al cultivo y generar un correcto mojado. Sumado a esto, no debemos olvidar las condiciones ambientales, sobre todo en este tamaño de gotas. Estas son más fácil de ser transportadas por el viento que gotas más grandes.
Utilización de herbicidas
En el caso de la utilización de herbicidas, en general el control de malezas se realiza en períodos de barbecho, cuando el cultivo aún no está implantado. Cuando el cultivo ya ha cerrado el surco la propia competencia que ejerce el cultivo hace innecesario el control de malezas. En este sentido, diversos estudios demuestran que gotas grandes generan el mismo control de las malezas que gotas medianas a finas. Por lo cual, en estos casos, se recomienda utilizar gotas grandes que generarán un adecuado control, disminuyendo los riesgos de exoderiva.
La importancia de las Tarjetas Hidrosensibles
La tarjeta hidrosensible es una herramienta fundamental para poder lograr aplicaciones eficientes y responsables. Este material es un papel, de color amarillo, muy sensible a la humedad. Al entrar en contacto con una gota de agua o líquido, se mancha de color azul, revelando el lugar donde ha caído la gota. Su uso es fundamental al momento de realizar una aplicación por dos motivos. Uno, permite evaluar la calibración de la máquina. Y dos, comprobar la calidad de la aplicación realizada. Las tarjetas hidrosensibles evalúan la distribución de gotas, tamaño de las mismas y permiten verificar que no se hayan generado derivas. Pueden utilizarse tanto en aplicaciones aéreas como terrestres.
Al momento de realizar la aplicación de fitosanitarios, se recomienda colocar tarjetas hidrosensibles en lugares al azar. Tanto en la parte superior, media e inferior del canopeo del cultivo. De esta forma podremos evaluar no solo si la aplicación ha llegado dentro del canopeo. Sino también qué tipo de gota ha llegado, de acuerdo a su tamaño, densidad y distribución.
Una vez realizada la aplicación o la prueba de calibración, se procederá a contar las gotas en cada tarjeta. Para esto se recomienda utilizar una lupa. La misma, se debe ubicar al azar en cuatro o cinco lugares distintos de la misma tarjeta. Debemos de formar una “V”. Y en cada uno de ellos se procederá a contar el número de impactos visualizados, para su posterior registro.
Coadyuvantes, una herramienta fundamental al momento de aplicar
Los coadyuvantes deben considerarse como herramientas de manejo que mejoran el nivel de desempeño de los fitosanitarios y la consistencia de los resultados.
Los aditivos agrícolas, mejoran y facilitan el manejo de las características físicas de los fitosanitarios. Como así también su acción mediante la reducción de pérdidas, maximizando el efecto de los productos utilizados.
Los coadyuvantes contribuirán a una efectiva aplicación (cobertura de gota, humectación, deposición, retención; penetración y traslocación) para disminuir el margen de error.
El uso de coadyuvantes ofrece considerables beneficios económicos y al medio ambiente por la posibilidad de optimizar al máximo la acción de los principios activos de los productos utilizados.
Conoce nuestra linea de Coadyuvantes BIO libres de Nonil-Fenol
No existen dos aplicaciones iguales
Como bien sabemos, y a modo de cierre, no existen aplicaciones de fitosanitarios que sean idénticas. Por tal motivo es importante que la misma sea realizada por personal capacitado. Este debe conocer el producto que está manipulando y de los riesgos que corre al hacerlo. Se debe utilizar Equipo de Protección Personal y tomar los recaudos necesarios para lograr un correcto control sin deriva. Debemos proteger a los aplicadores y a nuestros cultivos, pero también a la sociedad y al ambiente.
- Published in NOTICIAS
La importancia de aplicar fitosanitarios a tiempo.
Llegando al final de la gruesa, Esteban Frola recuerda algunos tips para aplicar en tiempo y forma los fitosanitarios.
Así como cuando calibramos una sembradora y evaluamos la profundidad de siembra, es indispensable controlar cómo se ha calibrado la maquina pulverizadora. Y cuál es la calidad que hemos logrado con nuestra aplicación.
La tarjeta hidrosensible es una herramienta fundamental para poder lograr aplicaciones eficientes y responsables.
A modo general, podemos decir que en soja de primera y en la zona núcleo, el cultivo se encuentra en estado de desarrollo R4 y R5. Estado de la planta con vainas completamente desarrollada y en inicio de la formación de semilla.
Período en el que se aplican fungicidas e insecticidas. Es recomendable trabajar con gotas de 200 micrones y lograr entre 70 y 100 impactos por centímetro cuadrado. Utilizamos 2 medidas, una tarjeta colocada arriba del canopeo del cultivo. La cual se coloca sobre un soporte clavado en el entre surco, y otra en la parte inferior del tercio medio de la planta.
No debemos olvidar que, hay que trabajar con gotas uniformes y que las gotas grandes no llegan al objetivo. Allí en la parte inferior del tercio medio del cultivo. Por eso la colocación de las 2das tarjetas hidrosensibles.
Por otro lado, al hacer las mezclas (como en esta etapa no utilizamos herbicidas), no es tan complejo hacer las pruebas de compatibilidad en un recipiente de volumen reducido.
Un punto muy importante es trabajar con tensioactivos antievaporantes (ó surfantactes). Esto se hace con el objeto de proteger las gotas. Con este mismo objetivo, debemos intentar de realizar las aplicaciones en los mejores horarios, midiendo las condiciones ambientales. Es decir, humedad relativa, temperatura ambiente, velocidad y dirección del viento. Para ello, se pueden utilizar medidores de mano. Estos implican una pequeña inversión, la cual será ampliamente compensada con la efectividad lograda en cada tratamiento.
Conoce nuestro Coadyuvate de última generación A35T Bio (tensioactivo siliconado antievaporante).
Un ejemplo de tomar medidas a destiempo
Algo que se observa en la zona núcleo (Arrecifes, Pergamino, Colón, Rojas y Salto) es que hay una tremenda invasión de yuyo colorado. Ocurre que el año pasado, se cosecharon las cabeceras de los lotes y se distribuyeron las semillas de yuyo colorado. Para sumar, este año no se hicieron los pre emergentes necesarios. Por tal motivo, ahora en los lotes de soja, aparece esta maleza resistente a glifosato y a toda la familia de herbicidas inhibidores de ALS (sulfonilureas, imidazolinonas y triazolopirimidinas).
El control de esa maleza se practica muchas veces de manera ineficiente, con erradas prácticas, lo cual nos lleva a tener costos realmente elevados. Uno de los problemas principales es que no se toman las medidas a tiempo.
En los lotes de maíz esta pasando algo parecido, con la variante que implica el porte del cultivo, lo cual oculta el problema y no nos deja percibirlo hasta el momento de la cosecha.
Es clave en maíz, el uso de los herbicidas pre emergentes y monitoreo a la hora del cierre de surco. Así podremos combinar los pos emergentes y hacer las aplicaciones con las malezas cuando las mismas están en sus primeros estadios de crecimiento y desarrollo.
Es fundamental el uso de pre emergentes combinados y luego saber hacer uso de los post emergentes. Estos últimos son productos de contacto y es necesario un manejo específico, afirma Frola.
Fuente: Clarin Rural.
- Published in NOTICIAS
Aplicaciones eficientes y el uso de tarjetas hidrosensibles.
En los últimos años con la aparición de nuevas plagas y enfermedades más agresivas, sumado a condiciones ambientales poco favorables, se comenzó a observar que los tratamientos con productos fitosanitarios pierden eficiencia, o al menos no la tienen en la misma proporción que años atrás. Por ello se comenzó a estudiar la efectividad de las aplicaciones realizadas a campo para determinar la llegada del producto al objetivo, comparando el tipo de aplicación tradicional con los resultados que se obtienen cuando es monitoreada.
El ingeniero agrónomo Esteban Frola, especialista en la materia, destacó que “con el control de los métodos de aplicación y monitoreo se logra aumentar la eficiencia de los productos aplicados. Asimismo, se contribuye a la disminución del impacto ambiental debido a la reducción del peso de la máquina por compactación”.
Para llevar a cabo estos objetivos se toman decisiones agronómicas de manejo que permiten variar el tamaño y la cantidad de impactos, logrando mayor penetración y llegada al objetivo de aplicación de acuerdo a las condiciones ambientales y de cultivo que se tengan en un determinado momento.
Hoy existe un concepto generalizado de que cuando se decide pulverizar solo hay que preocuparse por la dosis y ver que todas las pastillas o picos apliquen más o menos parejo. Si las condiciones no son las adecuadas, se aumenta un poco la cantidad del producto o el volumen usado para que “moje más” y no hay mucho más por mejorar.
La realidad es que se está poniendo en juego un capital muy grande cada vez que se carga la pulverizadora, jugando un papel muy importante en lo que respecta al medio ambiente. El ingeniero Frola afirma que “debemos dejar de medir las aplicaciones con un solo parámetro como es el volumen aplicado. Es fundamental comenzar a manejar otras variables como: tamaño, número y distribución de los impactos, para lograr una aplicación de calidad”.
El profesional recomienda la utilización de tarjetas hidrosensibles para hacer un control efectivo del modo en que se está realizando la aplicación, ya que permiten medir cantidad de impactos por centímetros, uniformidad y tamaño de las gotas aplicadas. Para que el control sea eficiente, se debe ubicar una tarjeta afuera del cultivo y otras en la parte superior e inferior del mismo. Esta última se “esconde” en la base del tallo del lado contrario de donde viene el viento porque es la zona más difícil para que llegue el producto.
Algunos aspectos fundamentales a considerar:
- Respetar el tamaño y número de impactos de acuerdo al objetivo a controlar.
- Utilización de picos: el caudal de líquido que eroga está vinculado a la presión. A medida que aumenta su tamaño, aumenta el caudal y se agranda el tamaño de gota. Los picos no emiten todas las gotas del mismo tamaño sino que realizan un espectro (gotas grandes, medianas y chicas). Hay que tener en cuenta que todas tienen la misma concentración del producto pero no la misma cantidad, las gotas más grandes contienen más producto.
- Condiciones ambientales: monitorear y respetar las condiciones ambientales, rangos de temperatura inferiores a 30°C; humedad relativa superior al 40% y vientos con velocidades menores a 18-20 km/h. Como esta es una situación prácticamente ideal, es preferible acompañar siempre la aplicación con coadyuvantes (antievaporante) que ayuden a proteger la gota que se está generando. Esto es fundamental ya que se requiere que cuando salga de la boquilla llegue al blanco con la mínima variación de tamaño. El antievaporante juega un papel fundamental en la superficie de la gota expuesta a la evaporación, trabajando como regulador del tamaño de los impactos.
Considerando estos aspectos, es posible mejorar las cualidades operativas, la autonomía de los equipos de apoyo y personal, la seguridad para el operario por la menor manipulación de bidones, el peso del equipo en el lote y la contaminación por gases de efecto invernadero. Esto genera una aplicación de calidad, la cual se traduce en un menor número de fallas (sin necesidad de nuevas aplicaciones buscando repetir tratamientos), lo que da como resultado un menor impacto ambiental y un menor impacto al bolsillo del productor.
- Published in NOTICIAS